Para que todos sepamos
que llegó la Navidad,
se ponen las luces nuevas
con las viejas intenciones,
se enternecen corazones
con anuncios previsibles
y cosido en imperdibles
el niño vuelve al portal,
para que todos sepamos
que llegó la Navidad.
Se nos imponen bondades
que oculten las mezquindades
de un patrón bien aprendido,
que el consumismo ha metido
de lleno en el calendario
con un gordo estrafalario
que nos vuelve a aleccionar,
para que todos sepamos
que llegó la Navidad.
Se suceden las campañas
que llenas de telarañas
van surgiendo por doquier;
se afanan por proponer
si es violento o si es sexista
nuestro gran protagonista:
el juguete que a las manos
del niño debe llegar,
para que todos sepamos
que llegó la Navidad
Tiempo es del voluntario;
quizás el más temerario
por ser también, el más puro,
que en este mercado oscuro
realiza su aparición,
dando un toque de atención
sobre el fin de nuestra fiesta,
apoyando una propuesta
basada en la caridad,
para que todos sepamos
que llegó la Navidad…