El visitador del Arzobispado, Gregorio Luis Zapata, ha informado a la autoridad eclesiástica que Don Francisco de Rivas coloca, durante las funciones religiosas de la parroquia, una esterilla de junco para que se siente su esposa, Dª Juana. Habiendo sido informado de que este es un privilegio sólo del Marqués de Dos Hermanas, señor de la villa, Francisco de Rivas se ha dejado llevar por su estatus y ha replicado al visitador de manera poco educada.