Relatos semanales desde Estocolmo
La palabra alcohol va indiscutiblemente unida a Suecia como las palabras naturaleza impresionante, gente rubia e historia vikinga. Ya he comentado en alguna ocasión que los suecos tienen fama de beber mucho. Durante la vida nocturna de Estocolmo he podido comprobar los precios de las bebidas alcohólicas y puedo garantizar que son verdaderamente desmesurados. De lo que no estoy segura todavía es de que lo que corre por las venas suecas: si sangre o alcohol.
Los suecos culpan su consumo de alcohol a los largos y fríos inviernos y a la herencia cultural. De hecho, una de las empresas de bebidas alcohólicas más conocidas mundialmente es la sueca `Absolut Vodka´.
Algo particularmente curioso es el llamado ‘Systembolaget’. Se trata de la empresa estatal que controla la venta de vino y de bebidas alcohólicas con porcentaje de alcohol superior al 3,5%. El ‘Systembolaget’ es el único comercio que vende este tipo de bebidas a la población, excluyendo bares y restaurantes que también pueden vender bebidas alcohólicas con mas de 3,5% de alcohol, pero sólo para consumo inmediato. Claro está que hay que ser mayor de edad para comprar en estas tiendas.
Este sistema de monopolio etílico me parece bastante anticuado, no sólo porque se trata de algo que en la mayoría de los demás países no existe, sino también porque hay varias reglamentaciones que estas tiendas tienen que seguir. Algunas de estas reglas es que todos los productos se tienen que vender individualmente (no es posible comprar un paquete de seis latas de cerveza), los descuentos están prohibidos (nada del “compre 2 y llévese 1 gratis”) y ningún producto alcohólico puede ser favorecido (todos refrigerados o nada refrigerados, por ejemplo).
Para poder entender esta estructura tenemos que remontarnos a mediados del siglo XIX, cuando el consumo desmesurado de alcohol se convirtió en un gran problema social. Consecuencia inmediata fue que el control tanto de la producción como de la venta pasó al gobierno. Situación que con menor severidad continúa hasta la fecha de hoy, no sin poder salvarse de escándalos y corrupciones salpicando incluso a altos ejecutivos del ‘Systembolaget’
El Estado sueco y el alcohol siguen aún hoy en día cogidos de la mano, viviendo una de esas historias interminables de amor y odio. Me sorprende descubrir que el Primer Ministro, Göran Persson, y la Presidenta de ‘Systembolaget’ son marido y mujer. ¿Casualidad o cosas del destino? Salud y hasta la semana que viene.