Muy señora nuestra: como padre afectado y muy interesado en la educación tanto cívica como deportiva de nuestros hijos, permítame unas líneas para hacerle llegar no sé si nuestro malestar o más bien nuestra preocupación por el lamentable comportamiento de los responsables de la Escuela de Fútbol Juan Velasco, que al parecer depende económicamente del Patronato Municipal de Deportes, quienes deberían mostrar una irreprochable actitud que sirva de ejemplo a los niños, y que en este caso ha brillado por su ausencia.
El equipo benjamín de Los Caminantes, donde juega mi hijo fue invitado a participar en el Trofeo organizado por la A.VV. La Moneda, entidad igualmente dependiente del Excmo. Ayuntamiento, según nuestras noticias, a lo que se accedió de manera absolutamente desinteresada.
Tras la disputa del penúltimo partido, un miembro de la organización se presenta en nuestro vestuario para indicar a nuestro entrenador que el próximo partido será a las 21:30 horas de un día concreto, fecha en la que a las nueve menos diez nos presentamos en las las instalaciones donde se había de disputar el encuentro y nos llevamos la sorpresa de que nuestros rivales, el equipo B de la citada escuela, estaban ya calentado y al vernos llegar reciben órdenes de retirarse a los vestuarios y volver a ponerse la ropa de calle.
Cuando preguntamos qué era lo que ocurría se nos dice que el partido estaba previsto para las 20:30 horas y que al no habernos presentado en ese momento se nos daba por perdido. Por activa y por pasiva, indicamos que un miembro de la organización, que casualmente no apareció esa noche, nos había dicho que el choque era a las nueve y media, algo en lo que insistía no sólo el entrenador sino nuestros hijos, que lo habían escuchado. Pedimos que en atención a ellos y dado que no había nada que impidiera la disputa del choque, se jugara el mismo.
Todo fue inútil. Los responsables de la escuela (menuda escuela tendrán los pobres niños por ese camino) se plantaron firmes en su negativa y rechazaron cualquier posibilidad, tal vez porque también casualmente el equipo más beneficiado con ello no era sino el A de la propia escuela, con el que marchábamos empatados a puntos en la cabeza de la liguilla del trofeo, con lo que con una maniobra ocasionada por un error en la comunicación de la hora del partido (no queremos o no sabemos pensar que el error no fuera sino una artimaña intencionada) se eliminaba de golpe al principal rival en la consecución de una copa.
Su organización nos insistía una y otra vez en que el reglamento era el reglamento, pero que no por eso podíamos dejar de ir el siguiente viernes para la disputa del choque final (frente al equipo A de la propia Escuela), pero sobre todo para recoger el trofeo que nos correspondía como subcampeones, porque estaría muy feo que delante de las autoridades que van a estar presentes (suponemos que entre ellas, usted) el equipo subcampeón no acudiera ni a jugar ni a recoger su copa.
Pero, es que, de verdad, lo que nos pide el cuerpo sería como mucho acudir y recoger esa copa… para entregársela delante de todo el mundo a los responsables de la citada Escuela ‘Deportiva’ en reconocimiento a su condición y calidad de campeones en la lucha de despachos, por mucho que consideremos lamentable ese ejemplo para unos niños a los que se debería inculcar otros valores muy distintos.
Por todo ello, porque aún a tres días del acontecimiento no sabemos qué vamos a hacer finalmente, me permito remitirle estas líneas, seguro de que nada sabe usted de tales maniobras que no van sino en detrimento de la educación y formación humana, que a través de una Escuela que en buena parte se mantiene con dinero público, deberían recibir los niños de esa localidad que acuden a ella. Una educación y formación que, para nosotros, es responsabilidad directa de usted como delegada de Deportes.