Día del libro: cosa seria…
cosa importante y sonante
que avanza a su relevante
desfarolillada feria.
Tres cuartos de abril lluvioso,
y ya centra al calendario
cual cosario literario,
inaugurándose el coso
de editorial, librería,
novedad, estantería,
poetas y mentirosos.
Se vende tanto… y tan bueno…
Se compran libros, se hacina
el comprador compulsivo
pseudo-progre imitativo
con un aire a lo Sabina,
buscando al pobre poeta
que tenga su obra completa
del color de las cortinas…
El caso es comprar, vender,
preguntar al buen librero
por el título señero
que hay que tener, por tener…
ya sólo queda un pasito,
un detalle, un requisito:
débase ahora, leer…