La romería ha discurrido tranquila y sin incidentes
Con un paso mucho más pausado que el año anterior, debido a que los bueyes han vuelto a las arenas de la Raya Real, la Hermanad del Rocío de Dos Hermanas ha peregrinado hasta la Aldea cumpliendo con los horarios en casi todas las ocasiones y sin ningún incidente destacado. Tras una salida marcada por la lluvia el miércoles pasado, el resto de los días se han desarrollado con buen tiempo, incluso con demasiado calor, como el viernes, en el que la entrada en la Raya Real se hizo con altas temperaturas.
El paso del Ajolí y del Quema A pesar de que no ha habido incidentes y que la Hermandad ha ido cumpliendo los horarios previstos, el paso de los bueyes es mucho más lento que el de los mulos y se ha llegado a las paradas con algún retraso respecto al año anterior. Pero, sobre todo, ha sido en los pasos del Ajolí y del Quema donde ha habido más problemas. En el caso del Quema, la afluencia de caballistas retrasó la marcha; pero fue sin duda en el paso del Ajolí donde se vivieron momentos de mayor tensión ya que este año no ha habido un carril especial habilitado para los carros de tracción animal y se produjo un colapso de remolques antes de llegar a ese punto, por lo que la Hermandad de Dos Hermanas llegó a la Aldea sobre las once de la noche, unas tres horas más tarde de lo que se había previsto. En cualquier caso, ha sido un Rocío muy emocionante, sobre todo por el calor humano que ha recibido la Hermandad, con una cantidad de romeros que no se conocía en años, y con una presentación en la Ermita ante la Virgen que ha sido multitudinaria. El lunes de Pentecostés la Blanca Paloma llegó a la Casa de la Hermandad del Rocío a eso de las diez de la mañana, muy temprano en comparación con otros años. Ahí se vivieron también instantes con mucho sentimiento, debido a que se agolpaban menos romeros y la Virgen pudo entrar casi hasta donde estaba el Simpecado nazareno. El camino de vuelta | |