Hoy quiero dar las gracias y reconocer la profesionalidad, capacidad y humanidad con la que han tratado a mi hijo José Antonio durante su dolorosa estancia en el Hospital del Tomillar.
Todos se han portado con una humanidad que les salía del corazón.
Limpiadoras, auxiliares, enfermeros y médicos han logrado, a pesar de su gravedad, sacarle una sonrisa cada día.