Este año pasado se ha celebrado el primer centenario de las apariciones de Fátima del Mensaje que, no cesa de pedir por medio del rezo del Santo Rosario la paz en el mundo, la ¡penitencia! y ¡Conversión! de los pobres pecadores ¿Qué reflexión hemos hecho ante este Centenario?
La Virgen mostró a los niños la horrible visión del ‘infierno’. ¿Cuántas almas están viviendo en su interior este infierno por haber alejado a Dios de sus vidas? Almas que, han sido presas fácil del espejismo de una cultura decadente: la ‘pos-modernidad’, la ‘pos-verdad’; es decir: la ¡Mentira! en mayúscula, ¡La inversión de todos los Valores! Hoy, al igual que con Adán y Eva en el paraíso, vuelve el demonio a tentar al hombre y a la mujer con la ‘mentira’ de decirles que: desobedeciendo (el mandato de Dios) podrán ser ‘dioses’… De ahí el Mensaje de Fátima, la vuelta del hombre y la mujer a la obediencia de Dios.
Retomemos el Consejo de la Virgen de rezar el Santo Rosario, cuyo poder no resisten las fuerzas del mal. Fue el poder del rezo del Santo Rosario, el que tiró el “muro” de Berlín provocando así la desaparición de la URSS. La Virgen había profetizado la ‘conversión’ de Rusia, y ¿No es hoy un milagro el crecimiento que está teniendo la Iglesia en Rusia? ¿Quién lo iba a decir?
Y mientras tanto, la sociedad de este occidente de la ‘pos-modernidad’, olvidándose de sus raíces cristianas, se va diluyendo cada vez más, dominada por el cientifismo y el relativismo, creando sus propios ‘paraísos’ al margen de Dios. A lo largo de la Historia, estos paraísos creados por el hombre, terminaron en los más acendrados horrores.
Hoy, ya en el siglo XXI, en este tercer milenio se atisban bastantes nubarrones, bastantes oscuridades que cubren el horizonte de este siglo.
En este siglo se está viviendo lo que el sociólogo Bauman, describe en su Retrotopía: “una sociedad líquida; es decir, una sociedad que se “diluye”, una sociedad de “usar y tirar”, una sociedad sin base ni fundamento donde nada es permanente, todo es “líquido”…Todo se diluye en la nada.
Esta ‘oscuridad’ que se cierne, es alcanzada en lo social, en lo político y en lo económico al más puro fracaso, pues, hasta ahora, ningún político se ha atrevido a dar solución a las ingentes masas de parados (cada vez más) que están creando las altas tecnologías, las robotizaciones, las digitalizaciones… Si este fenómeno va in crescendo ¿Cuál será la solución de los parados? Y de entre otros horrores: ¿Qué decir de la maternidad subrogada? Esta es una de las ‘lumbres’ de este siglo de progreso, que se estén creando verdaderas ‘granjas’ de mujeres donde se desarrollan las maternidades por encargo y a la carta. Ante tanto horror: en tu primer centenario: Virgen de Fátima ¡ruega por nosotros!