Por fin, el maltrato animal se está considerando un delito ante la sociedad y sobre todo ante unos jueces, que deciden de una vez, que esta injusta e intolerable violencia que se ejerce en los pobres animales en nuestro país, por unos desaprensivos, sea castigada con la cárcel.
Por fin nos damos cuenta de que los animales tienen sus derechos, que no se les puede tratar injustamente y quedar impunes de todo el daño y horror a los que se les somete. Que sufren y sienten y necesitan que las personas los protejan, los cuiden y los respeten.
Hace unos días veíamos en televisión como unos jueces condenaban a una mujer. Debo confesar que lloré al ver esas horribles e impresionantes imágenes y me consta que no fui la única persona, por supuesto que sufrí al observar a esos pobres animales desnutridos, heridos, agonizando y muertos después de pasar un verdadero infierno al lado de quién se supone tendría que cuidarlos; pero sobre todo me hizo ver la maldad de algunos seres humanos y sentí pena y rabia, al comprender que en esta sociedad tenemos un grave problema