Oír la noticia de que el estudiante Seung-Hui Cho ha matado a 32 personas (33 incluiyendo a él mismo) en la Universidad de Virginia Tech ha sido muy duro. Gran parte de la discusión que hemos oído es que muchos estados dentro de los Estados Unidos tienen muy poco control sobre las armas y por fin, ya está claro que el Congreso debe de aprobar una ley que dificulte la posibilidad de conseguir armas. Como la Guerra de Iraq, éste seguramente va ser un tema muy importante en la próxima elección de Presidente en noviembre del 2008.
Esta discusión me ha dado qué pensar pero, sobre todo, lo que más me interesa es la cuestión de por qué Cho, igual que otras personas que matan a la gente, quieren matar. Hay tantas repuestas, fáciles y difíciles, que pueden explicar por qué la gente mata: tienen mucho odio, hay algo en su cerebro que no funiciona bien, no tienen el amor de su familia, etc. Miré el vídeo que Cho mandó al informativo de CNN antes de cometer su delito y ví que leyó un escrito bastante extraño. Hablaba de las personas que eran ricas y que todavía no estaban contentos con lo que tenían, hizo unas referencias a que la gente no le aceptó y, sobre todo, les dijo que “la gente no le dejaba otra opción…”
Muchas de las personas que lo conocían describieron a Cho como muy solitario y raro. Hay numerosos estudios que demuestran que existe una alta relación entre este tipo de personalidad y los delitos violentos. Tienen una vida solitaria y se sienten rechazados por la gente. Por su puesto yo no quiero decir que las personas que se sientan solas tengan una buena razón para matar, ni que al sentirse solas hagan algo malo. Lo que quiero hacer es una reflexión, y pensar cómo debemos de tratar a la gente porque es muy preocupante que personas como Cho afirmen antes de cometer una locura como ésta que “no tiene otro remedio.”