La comitiva se recreó en su paseo para salir de la ciudad
El sol llegó tarde el pasado domingo a la salida de la Virgen de Valme, quien estuvo arropada en los primeros minutos de su caminar por el manto de la noche, azul oscuro, como el que lució la Protectora en su carreta y sobre el que brillaba especialmente la toca de salida que estrenaba la Virgen, obra de José Antonio Grande de León.
Las cifras oficiales hablan de más de 200 mil el número de personas que se congregaron en torno a Valme. Lo que sí es verdad es que eran muchos los romeros que acompañaron a la Protectora en su caminar y muchos también los que la contemplaban a su paso por la ciudad, donde invirtió más de dos horas y media en un recorrido triunfal.
De nuevo uno de los epicentros de la mañana estuvo en calle Botica, donde la Virgen recibió, como ya es tradicional, una ingente petalada de flores a los sones del coro de Valme. Los vecinos engalanaron la calle especialmente para la ocasión con guirnaldas y la animaron con sus cantos, para recordarle al mundo que Valme es la responsable de la Reconquista de Sevilla.