A pesar de albergar al energúmeno;
aún tratándose, al cabo, de un deporte;
aunque poco —o nada— nos aporte
contra crisis, retraso y bancarrota,
el mundo —nuestro mundo— en estos días
dirime acentos, egos y alegrías
atendiendo a un juego de pelota.
Todo gira a la par que el baloncito
condicionado al son de sus eventos:
noticias futbolísticas por cientos,
lesiones, sobresaltos, marcadores,
los equipos, sus gestas, sus hinchadas,
los nuevos cracks , las fotos, las portadas,
anunciantes y patrocinadores.
Sin que importen los cuños, no son puños,
no son viejos boicots, nuevos terrores,
ni son las metralletas en las flores
las armas que blandir contra el rival:
ésa es su virtud, su sutileza;
el quid de sus sustento y su belleza;
ésa es la grandeza del Mundial.
A pesar de albergar al energúmeno;
aún tratándose, al cabo, de un deporte;
aunque poco —o nada— nos aporte
contra crisis, retraso y bancarrota,
el mundo —nuestro mundo— en estos días
dirime acentos, egos y alegrías
atendiendo a un juego de pelota.
Todo gira a la par que el baloncito
condicionado al son de sus eventos:
noticias futbolísticas por cientos,
lesiones, sobresaltos, marcadores,
los equipos, sus gestas, sus hinchadas,
los nuevos cracks , las fotos, las portadas,
anunciantes y patrocinadores.
Sin que importen los cuños, no son puños,
no son viejos boicots, nuevos terrores,
ni son las metralletas en las floreslas armas que blandir contra el rival:
ésa es su virtud, su sutileza;
el quid de sus sustento y su belleza;
ésa es la grandeza del Mundial.