Todo un testimonio público de fe y devoción fue lo que se vivió en la tarde del pasado domingo con motivo del Rosario Vespertino Extraordinario, que presidió la Imagen de la Virgen de Valme, con motivo de la clausura de la Misión Popular que se ha venido celebrando desde el pasado día 17 de febrero, en la Parroquia de Santa María Magdalena.
Mucho público en las calles de Dos Hermanas, en un domingo de Valme atípico en febrero, en el que el cielo cubrió con sus nubes, cual capota, el rezo del Rosario por las calles del centro.
Portada sobre andas, con un exorno floral blanco, por las hermandades y grupos de la parroquia, la Virgen lució su tradicional manto de terciopelo rojo con los castillos y leones, dejando a su paso estampas para la historia.
Y es que en la tarde del domingo, a Valme se la pudo ver por rincones por los que no acostumbra pasar en sus octubres de romería, como Romera, Manuel de Falla o Antonia Díaz.
Tras el Rosario, que se extendió hasta cerca de las ocho de la tarde, la parroquia acogió una misa de clausura, en la que renovaron sus votos matrimoniales en un altar presidido por la Virgen de Valme, 167 personas.
Regreso del Gran Poder
También dejó una estampa para el recuerdo el traslado de regreso a su capilla del Cristo del Gran Poder, tras participar en la Misión Popular de la parroquia. Antes de entrar en su capilla estuvo frente a frente, por primera vez en la historia, con la talla antigua de la Virgen Milagrosa del Colegio Sagrada Familia en su 125 aniversario.
Desde la parroquia, su párroco, Manuel Sánchez de Heredia, se ha mostrado muy satisfecho con el desarrollo de la Misión Popular, que ha definido como “intensa, pero que ahora hay que hacer extensa en el tiempo”.
El párroco ha destacado la alta participación, incluso de mayores y enfermos, la tarde dedicada a ellos. A esta cita no quiso faltar su “feligresas más longevas”, como: Fernanda, con 100 años, y Mariquita, con 105, a las que se felicitó en la merienda que siguió a la celebración.