Los carreteros y galeristas celebraron la romería en el Ave María y el recinto ferial
Como las estampas que se viven en el Cortijo de Cuarto cuando la Virgen de Valme ya está en su ermita, el pasado domingo, tras la suspensión de la romería, ese ambiente se recreó tanto en las naves del Ave María, en las que se engalanan las carretas, como en las casetas del recinto ferial, con los grupos de las galeras.
Una vez que supieron de la noticia, los sentimientos que se vivieron entre los carreteros, recuerda Rosa María Varela, “fueron raros”. “Sentimos mucha pena, pero nos fuimos todos a ver a la Virgen”, ya que, prosigue, “si no hemos salido, es porque Ella así lo ha querido”.
Después vino la fiesta y cada uno “a pasarlo lo mejor posible”, comenta Rosa. Sucediéndose a los pies de las carretas y galeras las reuniones y encuentros de amigos en torno a las mesas, repletas de comida, y ambientados con cante y baile.
“Con mucho dolor” y “con poco ánimo” vivió esta celebración Moisés Romero, carretero con15 años de trayectoria, quien destacaba que “son muchos meses de trabajo para quedarse luego encerrado”.
“Los que estamos aquí somos los cajones de las carretas, los que vamos siempre a su alrededor”, explica Antonio Durán Verdugo, quien tenía que celebrar su 40 aniversario como carretero de esta forma atípica. En estas cuatro décadas, Antonio no recordaba una romería así, aunque siguió primando la convivencia. “Hemos salido más tarde e, incluso, hemos llegado antes en Valmes de mucha lluvia”, pero nunca algo así.