José Manuel Mena repasó en su pregón de Carnaval los 25 años de su historia como chirigotero en el que no faltaron los pasodobles
Pasado, presente y futuro del Carnaval han estado muy presente en el pregón que José Manuel Mena García ha pronunciado en la tarde noche del viernes, día 21, en la Plaza de la Constitución. Nuevo emplazamiento, a un horario poco habitual, para un pregón que ha tenido su epicentro en Ibarburu, barriada del pregonero y germen de buenos chirigoteros, como los que han ido desfilando por el escenario con José Manuel durante su pregón.
Con media hora de retraso sobre el horario fijado, el delegado de Participación Ciudadana y Salud, Raúl Gil ha sido el encargado de abrir el acto con un discurso breve en el que se ha limitado a dar las gracias a la comisión que se ha encargado de organizar el Carnaval 2014.
A Gil le ha seguido en el escenario Antonio Morales Alcocer, presentador del pregonero, a quien ha definido como “una persona a la que admiro y quiero, además de a la que he visto crecer en todas sus facetas”. En todas ellas, aseguró Antonio, le había dado la alternativa, como campanillero, chirigotero, presidente de la peña carnavalesca de Ibarburu y ahora como pregonero. Morales Alcocer quizo romper una lanza por el Carnaval, asegurando que “es puro arte”, algo que “niegan sus detractores”, y “aquí en Dos Hermanas lo hay”, como “nuestro pregonero que rebosa arte por los cuatro costados”.
Con un disfraz de tonelero, José Manuel Mena hizo su aparición en el escenario para rendir homenaje a sus tres generaciones de carnaval. Tras dedicar unas palabras y un pasodoble a su madre, el pregonero comenzó a narrar un cuento, en el que no faltaron las coplillas de Carnaval, sobre su historia, la de una persona que ha vivido esta fiesta desde niño. José Manuel fue repasando una a una las chirigotas en las que había participado.
En una primera etapa o generación, en la que “aprendí de mis mayores”, con sus primeros pinitos en el mundo de las agrupaciones en la etapa dorada del Carnaval de Dos Hermanas. En una segunda, con sus propias agrupaciones, con las que, además de encontrar buenos amigos, debutó en el Teatro Falla de Cádiz, con Los doce del prostíbulo, “algo que no olvidaré en mi vida”. Cerrando su repaso generacional con una tercera etapa, la de su faceta como director de chirigotas infantiles, “la más bonita y emotiva”, por enseñar a los niños y niñas, la cantera del Carnaval del futuro.
Un pregón muy dinámico y participativo en el que no han faltado los cantes al Carnaval, en forma de pasadobles, con los que inició su pregón y lo terminó, como no pudo hacerlo de otra forma, cantándole a Ibarburu.