«Se acabó lo que se daba»
ya se teme el estudiante
por cuanto queda delante
de curso, esfuerzo y estudio,
despertando los apuntes;
hilvanando los pespuntes
del trimestre en su preludio.
«Se acabó lo que se daba»
piensa, al tiempo, el profesor,
que después de lo mejor
de su mal pagado oficio,
vuelve a las aulas, al tajo,
sopesando en su trabajo
reducción y sacrificio.
«Se acabó lo que se daba»
el político se intuye
por cuanto se cuece y bulle
en la agenda electoral,
de zancadillas, machetes,
pugnas, dimes y diretes
removiendo el lodazal.
«Se acabó lo que se daba»
debe pensar el parado
que subsiste acobardado
entre subsidios fugaces
-sin lograr hacer las paces
entre bolsillo y dinero-,
y elucubrando las cuentas
que dulcifiquen las rentas
para esta cuesta de enero…