Buscando a Hilary buceó por los conflictos de una mujer de 40 años
Se dice que los seres humanos tenemos un “ego interior” que nos acompaña durante nuestra vida y que condiciona muchas de nuestras actuaciones. Y si no, que se lo pregunten a Hilary, la protagonista del montaje Buscando a Hilary, de la compañía de Blanca Marsillach, que el pasado sábado se representó sobre las tablas del teatro municipal. Una apuesta que empezó con buen pie y que fue tornándose demasiado surrealista a medida que Hilary va buceando en sus conflictos internos.
La veteranía y saber hacer de la actriz Blanca Marsillach fueron patentes sobre el escenario y es que se nota cuando una buena actriz, o actor en su defecto, defienden sobre el escenario un texto. Blanca se comió el escenario, con naturalidad, de una forma creíble y convincente, para hablarnos de una mujer de cuarenta años que se enfrenta a una crisis interior. En esta diatriba interna se enfrentó sobre las tablas a su ego interior, Wilpuck, en un duelo interpretativo con el actor Fran Sariego, que se salvó en tablas. Ya que si buena fue la puesta en escena de Blanca, magistral fue la interpretación que este actor hizo de un a veces divertido y otras sarcástico “super ego”, que le hace la vida imposible a la protagonista.
{xtypo_rounded_left4}Invitados
En su terapia para dominar sus voces interiores, Hilary recibe la visita de algunos personajes muy conocidos, como la Madre Teresa de Calcuta o Jesucristo, que la ayudarán a dominar su incontrolable ego.{/xtypo_rounded_left4}
El resultado es un montaje con mucho trasfondo, en el que predominó la comedia y los mensaje subliminales.