En su infancia, como muchos niños y niñas, se estrenó en la cría de gusanos de seda, pero ha sido ahora, en su madurez, cuando José Joaquín García Merino se ha convertido en uno de los principales criadores de referencia tanto dentro como fuera de España.
A raíz de su jubilación hace cinco años, nos cuenta, «buscando información de jardinería me topé con un foro de sericicultura (la cría del gusano de seda)”. Allí se encontró con gente de «todos los ámbitos sociales, desde biólogos a constructores, pero, sobre todo, descubrí una universidad de Japón que tiene un departamento específico de este tema, con un catálogo de medio millar de especies y subespecies«.
José Joaquín recuerda que empezó de una manera muy descontrolada, pero, poco a poco, «me fui organizando, leyendo y preguntando sobre el tema». Además, actualmente, es uno de los refundadores de la Asociación Española para la Recuperación, Conservación y Estudio del Gusano de Seda Autóctono (AERCEGSA), creada en 2008 y que, tras varios años de inactividad, vuelve a ponerse en marcha. Su objetivo, comenta este nazareno, «es criar y mantener las variedades puras españolas y, actualmente, seguimos buscándolas, ya que tenemos catalogadas solo una decena».
Y es que a José Joaquín no le gusta quedarse solo en la cría del gusanso de seda, «sino que prefiero profundizar» y, por ello, ha contactado, por ejemplo, «con el último hilandero de seda que existía en Francia, que sigue criando”. Gracias a estos contactos, ha logrado traer a España «especies de China, Austria, Italia, Turquía o Chipre«, lo que lo ha convertido en uno de los principales criadores en España, ya que actualmente puede criar en su domicilio «unas 55 variedades de gusanos caseros o Bombix Mori«.
Cría por fases
Lo suele hacer por tramos, empezando en febrero para seguir en primavera y luego retomarlo en otoño. En un principio, explica, «están los huevos de los que eclosionan, tras unos 15 días de incubación, los gusanos. Después llegamos al proceso larval de 28 a 45 días, en el que la larva va creciendo alimentada con hojas de morera, hasta que hace un capullo del que nace la mariposa, después de unos 18 ó 20 días».
Para este proceso, en el sótano de su casa, todos los elementos que utiliza han sido fabricados por él. Recordando su trabajo de electricista, él mismo se ha creado una incubadora a partir de un botellero y luego emplea los cartones de huevos «para que hagan sus capullos» o tarrinas de plástico como recipientes.
José Joaquín comparte esta afición por sus redes sociales, con perfiles en Facebook e Instagram, a través de los cuales le contactan otros criadores tanto dentro como fuera de España. Además, tiene relación con algunos centros escolares, a los que envía huevos para que el alumnado críe sus gusanos de seda y ahora va a empezar a dar charlas en algunos colegios.