En una calurosa tarde de finales del mes de mayo, la feligresía del Rocío rindió homenaje al que fuera párroco durante tres década de su historia, Salvador Andrade Holgado. Un acto sencillo, según lo definió el actual párroco de la Parroquia del Rocío, Carlos Carrasco Schlatter, quien quiso dar las gracias al alcalde, Paco Rodríguez, y al ayuntamiento de la ciudad, «por las facilidades que ha dado en todo momento» ante la petición presentada por la parroquia y la Hermandad de Cautivo.
Desde el pasado sábado, día 31 de mayo, la calle que hay junto al templo de la feligresía del Rocío lleva el nombre de Párroco Salvador Andrade Holgado, tras un acto de inauguración y bendición que contó con una buena presencia de público a pesar de las altas temperaturas registradas esa tarde.


Toda una vida de entrega
El acto comenzó con una «breve» biografía para resumir «toda una vida de entrega» de un sacerdote que llegó a Dos Hermanas a principios de los años 70 con un primer destino en la Parroquia de Santa María Magdalena. Allí comenzó su carrera como coadjutor, centrándose en el acompañamiento de los jóvenes, introduciendo la formación del movimiento de los foculares e iniciando una importante labor de catequesis con los niños de la parroquia.
En 1980 fue nombrado párroco de la Parroquia del Rocío y un hecho significativo fue el traslado de la Hermandad de Cautivo desde Santa María Magdalena un día 13 de diciembre de 1980. Un hecho que «no solo revitalizó la hermandad sino que contribuyó a la evangelización del barrio«.
Su presencia al frente de la Parroquia del Rocío se divide en dos etapas. Una primera, de 1980 a 1988, y una segunda, tras un intervalo de tres años en Roma y la parroquia del Polígono Norte en Sevilla, de 1992 a 2013. En el año 2000 fue nombrado el primer arcipreste de la ciudad, tras la segregación del Arciprestazgo Alcalá de Guadaíra-Dos Hermanas. Más adelante sirvió como vicario en la Parroquia del Ave María, donde «fue recordado por su humildad, cercanía y entrega, atendiendo especialmente a las personas mayores».
De Salvador se habló como «un sacerdote de profunda vida de oración y largas horas ante el sagrario». En las parroquias en las que ejerció su ministerio, surgieron comunidades del Camino Neocutamenal y grupos de Renovación Carismática. Su compromiso con el movimiento de los Foculares marcó profundamente su forma de vivir y ejercer el ministerio, promoviendo la unidad, tanto en las parroquias como entre los sacerdotes.
Salvador tuvo predilección ante los más desfavorecidos, estando atento a las necesidades de los demás. Por ello, impulsó la creación de Anidi y de una sede de Alcohólicos Anónimos en la Parroquia del Rocío, donde se le recuerda por su «forma de dar a conocer a Dios de forma sencilla y a través de lo cotidiano».


Intervenciones durante el acto
El alcalde, Paco Rodríguez, aseguró que «no hubo ninguna duda cuando el actual párroco del Rocío nos hizo llegar la petición de poner su nombre a una calle que abrazaba las puertas de un templo en el que ha jugado un papel protagonista de su historia». Salvador, afirmó el alcalde, «ha llevado su vocación, fe y servicio a la comunidad, ejerciendo el sacerdocio y siendo protagonista como un vecino prestigioso de la ciudad, siendo cosciente de las necesidades de la población en cada momento para trabajar unidos, con vocación y con ayuda desinteresadas a los demás«. Por lo que «hoy es un día histórico porque tienes rotulada una calle junto a la que ha sido tu casa, la Parroquia del Rocío, junto a los vecinos y vecinas que te han tenido siempre para lo que has necesitado».
El protagonista fue parco en palabras, asegurando sentirse desbordado por el reconociemiento y dando las gracias a todas las personas que lo habían hecho posible, además de pedir se siga con todo lo que había sembrado.
El encargado de cerrar el acto, antes de descubrir el rótulo de la calle, fue el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, quien destacó que «es muy bonito y gratificante cuando vas por los pueblos y oyes elogios y alabanzas, muestras de cariños, de nuestros curas porque es señal de que la ciudadanía y los fieles valoran su labor», como ha ocurrido en Dos Hermanas con Salvador Andrade Holgado.
El arzobispo habló de «la unidad«, como seña de identidad del movimiento de los foculares, recordando que el nuevo Papa León XIV, en sus primeras palabras, «habló mucho de la unidad dentro y fuera de la iglesia». Ya que «Salvador fue un vínculo de unión cristiana y ciudadana, algo que los sacerdotes debemos llevar dentro».
El hermano mayor de Cautivo, Manuel Muñoz Espejo, recordó que Salvador Andrade Holgado fue el sacerdote que estuvo más años ejerciendo el cargo de director espiritual de la hermandad. Además, prosiguió, de ser «una figura fundamental del resurgimiento de la corporación, ya que llegamos a este templo con 300 hermanos y ya hemos superado el millar».
En el momento del descubrimiento del nuevo rótulo de la calle con el nombre de Párroco Salvador Andrade Holgado se vivió uno de los momentos anecdóticos de la tarde. El protagonista, al tirar del cordón habilitado, se quedó con él en la mano y, al final, tuvo que ser «el mas alto dle lugar» el que terminó descubriéndolo, concluyendo el acto con cantos foculares, a los que se sumó el propio arzobispo de Sevilla.