A sus 66 años, Marcos Oliva García ha sido elegido hermano mayor de Tres Caídas y preside la junta de gobierno que regirá sus cuatro primeros años como hermandad de penitencia. Marcos lleva tres décadas vinculado a esta organización de fieles, como su vicepresidente primero, pasando por diferentes etapas, mejores y peores. Ahora, ve cumplido el sueño de aquel grupo de devotos que en la década de los 80 se propuso instaurar la devoción al Señor de las Tres Caídas en Dos Hermanas.
¿Desde aquella promesa de los años 80 de fundar una Hermandad de las Tres Caídas en Dos Hermanas hasta este momento, ¿ha llovido mucho?
Mucho, desde que un devoto, con una hija con problemas de salud, le pidió al Cristo de las Tres Caídas de Triana por ella y, al ver que fue bien, se propuso fomentar esa devoción en Dos Hermanas. El Cristo estuvo en la ventana de la casa de Antonio Arriaza en la calle Real Utrera, antes de pasar por un local de la calle Tarancón y por otro en la barriada del Chaparral. Fue en ese momento cuando pensamos en Las Infantas y Arco Norte como zona de proyección y nos instauramos aquí, recibiendo un gran impulso de la figura de Gregorio Sillero, el por entonces párroco de La Oliva, que bendijo las imágenes en 2008.
Ha sido un camino largo, de casi 40 años. ¿Cómo recuerda ese día en el que reciben la notificación del Arzobispado? ¿Y ¿a quién o quienes tuvo más presente en su cabeza en ese momento?
Fue un día especial y de mucha alegría, con la satisfacción de que se había logrado el sueño de ser una hermandad. En ese momento te acuerdas de las personas que ya no están y que iniciaron esta aventura. Te hubiese gustado que estuvieran aquí ahora.
La formación está viviendo unos momentos claves. ¿Cómo lleva Marcos Oliva García hacerlo en primera línea como el primer hermano mayor de su historia como hermandad?
Con mucha alegría, pero también con preocupación para que todo salga bien. No éramos conscientes de todo el papeleo que hay detrás para registrarse como hermandad de penitencia. Afortunadamente, me he rodeado de buenas personas en la junta, muchas de ellas gente joven y preparada. Sin ellos, no sería posible.
¿La elección de la junta de gobierno que preside como hermano mayor es un reconocimiento a tantos años que lleváis trabajando por este objetivo de ser una hermandad de penitencia?
Fue una alegría al abrir la urna el día del cabildo y ver que todos los votos eran favorable a la candidatura presentada y que está integrada por gente que lleva muchos años trabajando por esta corporación. La gente me dice por la calle que es una recompensa y un agradecimiento, que me lo merezco y que no podía ser otra persona. Eso sí, mi intención es la de estar estos primeros años y no repetir. Aprovechar este primer mandato para sentar las bases y dejarlo todo preparado para los que vengan detrás.
“El Miércoles Santo será un día grande al poder ver a la hermandad en Los Jardines”
Desde que se hizo público la erección como hermandad de penitencia, ¿habéis notado algún revulsivo entre los feligreses y vecinos de esta hermandad y de su parroquia?
Sí, hay más interés por formar parte de esta hermandad y no deja de venir gente para inscribirse. Antes de la erección como hermandad de penitencia, éramos unos 220 hermanos y ya estamos rozando los 300.
Supongo que todos los esfuerzos están puestos en la tarde del Miércoles Santo. ¿Qué nos puede adelantar de cómo será esa estación de penitencia?
Va a ser un día grande para mí al poder ver a mi hermandad en Los Jardines. Hemos adelantado la salida a las 16:15 horas porque hacemos Carrera Oficial antes que Oración en el Huerto, a las 19:15 horas. En el recorrido de ida, buscaremos el centro directamente por el puente de la Avenida de Sevilla, que lo veníamos reclamando desde hacía muchos años, y llegaremos a la Plaza de la Constitución por la Plaza del Arenal, Canónigo y Santa María Magdalena. Volveremos por Santa Ana, Pasarela Cristo de la Presentación y parque municipal, retomando el recorrido habitual. Ese día todas las personas que formen parte del cortejo irán vestidas con la nueva túnica de nazareno.
Uno de los grandes retos como hermandad es contar con una sede propia. ¿Cuáles son sus objetivos o planes al respecto?
Nosotros queremos seguir en la Parroquia de San José y en el proyecto del nuevo templo, que comenzará a construirse próximamente, se contempla una puerta de salida. Pero, además, necesitamos un espacio grande, como casa hermandad, para guardar pasos y enseres, sobre todo con el proyecto del nuevo paso de misterio y cuando se plantee hacer el paso de palio para la Virgen de la Paz. Siempre he sido de la opinión de que es más importante guardar bien las cosas, que tener mucho y no bien guardado.
¿Qué otros proyectos, los más inmediatos, afronta esta primera junta de gobierno de la hermandad para los próximos años?
Estamos centrados en la vida parroquial y en los hermanos, en la formación, la caridad, el culto y la evangelización, que son nuestros pilares. A corto plazo, se estrenará la imagen de mujer hebrea con niño, del nuevo misterio en el que trabaja la imaginera sevillana Lourdes Hernández Peña, y que será la última que pueda ir, por espacio, en las actuales andas. Esperemos que esté lista para la Semana Santa de 2026.
Si echara la vista atrás, ¿Cómo definiría Marcos Oliva García la evolución desde aquel grupo de fieles hasta la constitución como hermandad de penitencia?
Han pasado 40 años y, si seguimos aquí, es por algo. Yo soy de la creencia de que es el Señor el que nos está guiando y que pone en cada momento al frente al que más falta hace y, en este caso, he sido yo… Por algo será.