Juanlu de Castro Sánchez abrió las puertas de la Parroquia de Santa María Magdalena el pasado domingo para anunciar la llegada del nacimiento de Jesús. Lo hizo literalmente, ya que así terminó su Exaltación de la Navidad, con las puertas del templo abiertas para que una comitiva de angelitos de blanco hicieran su entrada, portando una imagen del Niño Jesús que fue entronizado en el pesebre.
Fue un final apoteósico de una exaltación que no se olvidará fácilmente, en la que Juanlu intentó hacer comprender el verdadero sentido de esta fiesta. Lo hizo con unas palabras “que nunca han sido mías, ya que ha sido el espíritu santo el que vino a susurrar y a mover mis manos al trazo de este discurso de paz”. Por ello, el exaltador dio las gracias “al pueblo del Señor, por en mi nombre confiar para ser el instrumento que ha pretendido anunciar que Dios es la salvación y en tu alma nacerá. Poco queda que decir, tan solo nos queda amar, abrir las puertas al Rey que viene por Navidad”.
Así terminaba una disertación cargada de simbolismos, como el hecho de que una paloma, que apareció de repente, revoloteara por el interior templo duranta la exaltación, como símbolo de amor y paz.
Además, el exaltador se aprovechó del montaje del Belén para ir transmitiendo esos mensajes del espíritu santo a los presentes. El “Belén de nuestras vidas, un nacimiento auténtico, con sus fallos y virtudes, como nosotros, que se sustenta en los pilares de la voluntad de Dios y la obediencia de María”. Con la confianza a ciegas en Dios como la mejor baza para asegurar esos pilares.
La música en la exaltación
El Coro Navidad Nazarena fue el encargado de animar con sus villancicos esta Exaltación de la Navidad. Además, Juan Luis de Castro estuvo acompañado por un ministerio de música, que amenizó adoraciones y alabanzas, como si de una banda sonora se tratase. Mientras que algunos de sus amigos le acompañaron cantando en algunos momentos.