Aunque ya desde el siglo XVIII se celebraban sorteos de lotería (creada en tiempos de Carlos III), Dos-Hermanas careció de una administración de loterías propia hasta finales del siglo XIX. Todo aquel nazareno que quisiera participar en esos sorteos debía dirigirse bien a la capital hispalense o a pueblos cercanos como Utrera o Alcalá de Guadaíra, que sí disponían de administración.
La primera mención que se hace a la administración de loterías de Dos-Hermanas aparece en el Diario de Cádiz de 29 de septiembre de 1896, y nos lo refiere Manuel Valera García de la siguiente manera: «Según informes, se piensa solicitar por un comerciante de esta población, la creación de una Administración de Loterías en Dos-Hermanas». Ese comerciante no era otro que el propio Manuel Valera, que a los pocos días recibió la autorización pertinente para abrir la primera administración de la localidad.
En 1899 Valera (no olvidemos que era periodista y que colaboraba asiduamente con aquel periódico gaditano) informó de que varias personas de la localidad, entre ellas la viuda de Manuel Valera Gómez (es decir, su madre), fueron agraciadas con un importante premio en el sorteo de lotería. Y en agosto de 1900 volvería a informar: «En la Administración de esta villa han correspondido varios premios del último sorteo, siendo esta Administración de las más agraciadas de España». En ese mismo año, del sorteo tercero de abril fue agraciado en esa administración el marqués de Torrecilla, vecino de Madrid, quien, según informó Valera, «ha dedicado para limosna en esta localidad 250 pesetas».
No obstante, para esa fecha comenzaron las quejas hacia Valera por la forma que tenía de gestionar la administración. Así, el 3 de abril de 1900, el alcalde de la villa envió una carta al tesorero de Hacienda de la provincia, en la que se disculpaba por no haber practicado la visita mensual a la administración de loterías, por encontrarse ausente el administrador, «siendo ésta una de tantas veces que se ausenta sin conocimiento de esta Delegación y que desatiende el cargo». Ajeno a esas quejas, Valera publicó en el Diario de Cádiz que «en la administración de Loterías de esta localidad se han agotado las importantes remesas de billetes del día 28 [se refiere de febrero], reinando gran disgusto entre los aficionados». Pero los problemas con Valera continuaban, pues su actitud no mejoraba (continuaba ausentándose de la villa). Es más, cometía otras irregularidades. El 15 de diciembre de 1903, el alcalde envía carta al director general del Tesoro, informándole del «disgusto general que contra el administrador reina en el vecindario que, con razón, se considera ofendido por la conducta de ese funcionario a quien señalan como engañador en vista de haber rifado unos valores de que no podía disponer libremente para ello».
Tres días más tarde, en una larga carta dirigida al delegado de Hacienda, el alcalde dice que «para la venta de billetes en la administración, ésta no existe; porque tan luego como llegan, los entrega el administrador a sus vendedores ambulantes para que los expendan en esa capital y pueblos limítrofes. Por esto, los muchos vecinos que tienen afición y gusto de tomar parte en la lotería nacional se quejan con razón». Asimismo, se quejaba de que el administrador se negaba a pagar los billetes premiados alegando «unas veces que los vendedores tienen encargo de satisfacerlo y otras que espera remesa de fondos». También se acusó a Valera de celebrar una rifa clandestina del billete n.º 4678 del sorteo de Navidad.
Por todo ello, se hizo cargo interinamente de la administración de loterías de Dos-Hermanas Carlos Carvajal García, que andado el tiempo sería secretario del Ayuntamiento, dándosele una licencia de tres meses al administrador. Terminada la licencia, Valera volvió al cargo de administrador. En octubre de 1905 recayó en la administración nazarena «buen número de premios correspondientes a la centena del premio tercero, y por este motivo reina gran animación entre los favorecidos». En el año siguiente volvió a caer nuevos premios en Dos-Hermanas.
Tal repercusión tomó la administración de loterías de Dos-Hermanas, que en 1908 le correspondió uno de los primeros premios y recayó en Lebrija. Asimismo, los 700 billetes que le correspondieron para el sorteo de abril quedaron agotados.
Sin embargo, continuaron los problemas con Valera, hasta que, en septiembre de 1911, se le suspendió definitivamente en el cargo de administrador, nombrándose a su esposa, María del Reposo Mensaque, administradora interina. Y el 13 de noviembre de ese año se entregó la administración a Antonio Velasco del Pozo, administrador general de la provincia de Sevilla. Tal medida tuvo como consecuencia la supresión temporal de la administración de loterías de Dos-Hermanas.
Aquella suspensión se alargó hasta 1921, cuando se decide su restablecimiento, siendo el nuevo administrador Felipe Muñoz Ramos, quien ocuparía el cargo hasta 1924, en que fue sustituido por su hermano José. Pero por poco tiempo, pues el día 1º de diciembre de 1925 falleció en Córdoba, víctima de un accidente de tráfico en el paso a nivel de Peñaflor (Córdoba).