Licenciada en Magisterio y Psicología, María Amparo Roca Brines ha desarrollado su carrera en los Equipos de Orientación Educativa. Implicada desde sus inicios en el Centro de Orientación Profesional como voluntaria, actualmente ejerce de coordinadora de profesionales.
¿Cómo empieza María Amparo Roca Brines su relación con el Centro de Orientación Familiar de Dos Hermanas?
Como orientadora de los Equipos de Orientación Educativa, se pone en contacto conmigo Agustín Gandullo para informarme que van a crear las hermandades de Dos Hermanas el COF y quería proponerme como psicóloga. Yo decidí prestar mi colaboración y llevo muchos años en la atención de casos y participando en actividades formativas del COF.
¿Cómo surge la idea de que se convierta en coordinadora de profesionales ?
Se vio la necesidad que hubiera alguien que coordinase las diferentes y variadas demandas para poder ser atendidas de forma específica por los profesionales con los que cuenta este centro y parece que está dando buenos resultados. Yo me informo de la demanda planteada por la familia de acogida que atiende a las personas y, teniendo en cuenta los perfiles profesionales, derivo el caso. Además, hemos innovado también en la idea de que haya comunicación entre familia de acogida y profesional para hacer un seguimiento de la misma. El objetivo es que alcancemos un enfoque multidisciplinar de cada caso, ya que pueden intervenir varios profesionales e incluso organismos externos, como Servicios Sociales, Salud Mental en Atención Primaria, Antaris, Ayuntaniento, iglesias, hermandades, Caritas o centros escolares.
¿Qué tipo de casos son los que más predominan en este momento?
La atención es variada, tanto familias que necesitan ayuda para comunicarse, parejas en proceso de separación o divorcio, adolescentes y adultos que necesitan apoyo para resolver distintos conflictos internos como adicciones, dependencias emocionales, ausencia de límites… También nos estamos encontrando con casos de soledad y de abandono, por lo que se va a intentar poner en marcha un proyecto de atención al mayor.
¿Qué papel puede tener un centro como este en la sociedad actual?
Este centro tiene un papel importante en la intervención y el abordaje de las distintas demandas. La función formativa, que habría que abordarla desde la familia, centros e instituciones, podrían dar respuestas a las carencias de falta de expectativas en el futuro y poder potenciar un mayor enriquecimiento del manejo de las emociones y de los conflictos. Creo firmemente en un sistema de colaboración y de cadena de favores. El ser humano tiene esa responsabilidad, los que estamos en una situación privilegiada de poder ayudar, es nuestra labor como personas y ciudadanos del mundo.
“Creo firmemente en un sistema de colaboración y de cadena de favores”
¿Con qué equipo de profesionales cuenta actualmente el COF?
Hay abogados, trabajadores sociales, mediadores familiares, orientadores, psicólogos, médicos, ginecóloga o asesor espiritual. Tenemos un equipo muy rico y multiprofesional, y, siempre que se necesita, se pide la colaboración o intervención de organismos externos. Como la demanda es tan grande, haría falta mucho más profesionales.
¿Qué sectores de voluntariado son los que más necesitáis en este momento?
Psicólogos y mediadores familiares son los perfiles más demandados, según los últimos casos que estamos recibiendo en el centro. Pero todas las personas que crean que pueden aportar su experiencia profesional son bien recibidos.
¿Qué aporta a las personas voluntarias realizar este servicio de ayuda a los demás?
En esta vida hacemos una elección y elegimos estar. Como somos muy conscientes de qué elegimos, dónde y cómo, nos reporta fortaleza, enriquecimiento personal y valores. Recibimos más de lo que ofrecemos. En una retroalimentación permanente y constante, por lo que hay un grado de satisfacción importante. Esto es el sentido, para mí, de la vida y cada vez estoy más comprometida.
¿Es el COF un centro ya consolidado?
Han sido muchos años de sensibilización e información y actualmente el COF está en un momento de apertura hacia todos los sectores. Todo esto ha facilitado que se ha consolidado. Antes, estaba más centralizado en el mundo de las hermandades y parroquias, que eran las que hacían las derivaciones, pero ahora llegan de diferentes ámbitos y se está notando esa apertura con la llegada de muchos casos.
¿Le sigue costando a la población reconocer que tiene un problema y acudir a un centro como el COF?
Se mantiene el prejuicio de reconocer que vas al psicólogo o que te vean entrando, por ejemplo, en el Centro de Orientación Familiar, sobre todo cuando se trata de salud mental, que se mantiene en un plano privativo. Esto es algo que se tiene que desmitificar e ir hacia la normalización porque todo el mundo tiene que estar en apertura de que un profesional le pueda ayudar en algún momento a enfocar su vida desde otra vertiente, con percepciones y enfoques diferentes .“El más profundo acto de sanar es hablar. El más profundo acto de ayudar es escuchar”.