Si hay algo esencial en la vida es la salud. Si no es óptima, de nada sirve tener un trabajo perfecto o proyección de futuro. Dentro de este campo, encontramos diferentes tipologías siendo la bucodental una de las más importantes y a la que menos importancia le dan gran cantidad de personas.
Las visitas al dentista periódicas son muy importantes y resultan decisivas para prevenir problemas más grandes en el futuro. Lo ideal es que estas visitas al dentista se realicen desde niños, para evitar la ortodoncia infantil a causa de una mala oclusión dental. En este artículo, hablamos sobre la importancia que tiene la prevención y la relación directa que tiene con la ortodoncia.
Visitar al dentista es la mejor forma de prevención
Problemas de mordida o dientes apiñados son los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los niños y por los que deben acudir al dentista. En este caso, encontramos algunas opciones como el uso de brackets, pero la realidad es que esta opción puede causar problemas de autoestima en ellos, así como a la hora de llevar a cabo una buena higiene oral.
Asimismo, los dentistas pueden prevenir la aparición de caries y que deriven en empastes o retirada de piezas dentales. Los dientes de leche empiezan a caer en torno a los 6-7 años de edad, por lo que es una buena idea que acudan dos veces al año a medida que esto sucede. Además de ello, se puede averiguar con antelación si los dientes serán muy grandes, si habría espacios entre ellos o si la mordida no es suficiente.
Por ejemplo, si se observa que un menor tiene tendencia a que los dientes se apiñen, se puede extraer con antelación un diente de leche para que el espacio sea mayor y evitar que esto ocurra. Todo ello se traducirá en un ahorro de dinero y de incomodidad para el menor.
Buena alimentación e higiene bucal óptima también son métodos preventivos
Si bien la visita periódica al dentista es un aspecto fundamental de cara a tener una buena salud bucodental, la realidad es que existen otros aspectos a los que también se les debe prestar la debida atención. Uno de ellos es la alimentación correcta, donde se reduzca el consumo de azúcar para prevenir caries y aquellos que presentan un pH ácido como los cítricos o bebidas con gas.
La higiene bucodental también es fundamental y es conveniente llevar una rutina diaria para una correcta limpieza. Es recomendable cepillarse los dientes 3 veces al día durante 2-3 minutos cada vez. Se acompañará el cepillo con la seda dental y un colutorio para realizar un enjuague bucal.
En definitiva, no siempre es posible prevenir el uso de ciertos tratamientos bucodentales, ya que los problemas son múltiples y variados. A pesar de ello, sí que podemos detectar ciertas situaciones precozmente e iniciar otros tratamientos que sean menos agresivos y menos costosos. Todo ello para encontrar la mejor solución y asegurar una salud bucodental que sea perfecta.