Las letras de las sevillanas del Coro de la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas fueron un augurio de por dónde iba a ir el Pregón del Rocío que Manuel Sánchez de Heredia ha pronunciado este domingo, día 14, como una hermosa declaración de amor a la Virgen María. Ha anunciado la llegada de un nuevo lunes de Pentecostés, fecha marcada en rojo en el calendario de los rocieros, como el día en el quie se encuentran con la Blanca Paloma por las calles de la Aldea del Rocío. Pero, como decían las sevillanas, «hay que ser rociero todos los días y hacer de cada día un Lunes de Pentecostés» y en esa idea ahondaría el párroco de Santa María Magdalena en su pregón.
El pregonero fue presentado por José Manuel Pavón, la mano en la que Manuel Sánchez de Heredia se apoyó aquella romería del año 2015, cuando se cumplió un anhelo de la hermandad, el de poder peregrinar al Rocío con su director espiritual por primera vez en su historia. Un claro ejemplo de la cercanía y la implicación que este sacerdote, natural del municipio de Écija, ha mostrado en su día a día como párroco de Santa María Magdalena. Un hombre de Dios, como explicó su presentador, «que heredó de su padre, maestro de profesión, su vocación por ayudar a los demás» y de su madre, «su alegría y sacrificio, así como su amor a María«. La madre de Diós, también iba a estar muy presente en esta anunciación de Pentecostés, como una hermosa declaración de amor.
Por el que el presentador no quiso detenerse mucho más en su presentación, mostrándose «impaciente por escuchar tus palabras y que nos lances a vivir una romería desde la fe y la hermandad«. Para ello, concluyó José Manuel, «hoy, como aquel primer Lunes de Pentecostés, Dos Hermanas te va a llevar a hombros y Almonte te pondrá a la Virgen delante«.
Pasada la una y veinte, Manuel Sánchez de Heredia se ponía detrás del atril para empezar cumpliendo con todos los tópicos de un pregonero, como él mismo explicó, discuparse por no tener la capacidad para poder escribir un pregón y abordar el tema de los agradecimientos de esta designación, con cuestionamiento de si es merecida o no.
«Sin tiempo para sentarme a escribir» por sus obligaciones, además de las parroquiales, como delegado diocesano de Pastoral de la Salud de la Archidiócesis de Sevilla y capellán de Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío, la primera preocupación del pregonero fue encontrar el eje vertebrador o hilo conductor. Lo encontró en la anécdota que le contó un matrimonio amigo que se conocieron en el Rocio y «ahí surgio la idea, la de la Romería del Rocío como una hermosa historia de amor con la Virgen María«.
Con la idea ya clara, a partir de este momento, el pregón de Manuel Sánchez de Heredia se convirtió en una hermosa homilía dedicada a la Madre de Dios, ya que, «el camino del Rocío es como una parábola de la vida, en la que todos hacemos lo mismo, que es ir juntos a ver a la Virgen». Y es que, añadió, «me gusta hacer el camino de la mano de mi Madre, ya que es más bonito cuando se hace con el corazón que con los pies» y, como decía la canción de Pablo Oñós, «la Virgen quiere que tengas un Rocío dentro del alma».
El párroco hizo un recorrido por los recuerdos que ya atesora por los Rocíos vividos desde aquel 2015, haciendo especial hincapié «en esos momentos bonitos y emotivos«, como esa misa improvisada en mitad de la Raya Real, el rezo del Ángelus y el Rosario en torno a la carreta, el recogimiento de los peregrinos que caminan agarrados a la carreta del Simpecado o ese aroma de amor y amistad que desprende esta fiesta. Puesto que «hay que hacer un camino interior de encuentro con Cristo a través de la Madre y, si hay que comer cantar y beber, que sea como una expresión exterior de ese Rocío interior».
Pero el humor también estuvo muy presente en las palabras del pregonero, cuando compartió con los presentes su experiencia en ese primer rocío como director espiritual de la hermandad, cuando se subió por primera a vez a lomos de un caballo para hacer parte del recorrido, por el Vado del Quema o durante la presentación en Villamanrique de la Condesa. Una estampa, como él mismo recordó, que no dejó indiferente a nadie, no dejando de murmurar y repetir la frase de «el cura viene a caballo». Esta decisión decisión fue tomada por su incapacidad para decir que no, aunque él prefiere buscarle otro sentido, como afirmó en su pregón, asegurando que «me dejé llevar por el Espíritu Santo» y «pude sacar una enseñanza para mi ministerio al mirar la vida desde otra perspectiva».
El párroco también recordó la primera vez que, junto a la hermandad, recibió a la Virgen del Rocío en la casa hermandad de Dos Hermanas en la aldea almonteña. «¿Qué se siente teniéndola ahí tan cerca y mirándola a la cara?», le preguntaban los rocieros nazarenos, a lo que él respondió que lo vivió «como si no hubiera nadie, solo Ella y yo, y como si tuviera que rezar o pedirle por todas las personas que no pueden estar allí en ese momento con mi oración más sentida».
Tras el Lunes de Pentecostés, toda la vuelta a casa, cuando «la Virgen regresa en el corazón de los rocieros, que siempre caminan de la mano de María». Toca la vuelta a la normalidad, tras este encuentro con Cristo a través de su Madre, y sigue la vida de hermandad, como relató el pregonero, con actividades como la recogida de juguetes en Navidad, la visita del Cartero Real, la marcha a caballo o la peregrinac¡ón de la juventud al Rocío. Mientras que Manuel regresará al hospital que lleva el nombre de la reina de las marismas, para seguir «sintiéndome peregrino y caminar por las arenas difíciles de la vida, siguiendo de la mano de María».
A Ella, le dedicó sus últimos versos de esta hermosa declaración de amor, haciendo un repaso por las diferentes advocaciones marianas que habían tenido un sentir especial en su vida, acabando, antes de recibir la ovación del público, con un «Viva la Virgen maría y viva la madre de Dios».
Al término del pregón, la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas entregó un cuadro al párroco, afirmando su hermano mayor, José Antonio Alonso Cardona, «que don Manuel nos ha confirmado que todo el mundo tiene escrito un pregón en el corazón». Por su parte, el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Fran Alba Claro, también tuvo un detalle con el pregonero. El alcalde, Paco Rodríguez, encabezando una representación de su equipo de gobierno, no quiso perderse esta cita, preludio de una nueva Romería del Rocío.