Un pedacito de Broadway ha estado este fin de semana en el teatro municipal de Dos Hermanas con el musical del Colegio Ntra. Sra. de la Compasión. Se han representado cuatro funciones de Un solo corazón y una sola alma, un espectáculo en el que, a través de la música, se ha podido conocer la historia de los fundadores del centro, las bases de su congregación y el espíritu compasionista.
Un espectáculo de gran envergadura el que ha llevado a cabo el Colegio de la Compasión en el teatro municipal, en el que se han subido sobre el escenario unas 163 personas. Todos ellos han desarrollado un excelente trabajo de interpretación vocal, puesta en escena o coreográfico, aprovechando todos los rincones del teatro, desde el escenario al patio de butacas. Con una mención especial para la dirección de este musical, que ha corrido a cargo de Virginia Pérez, con una larga experiencia en la creación y ejecución de musicales, y de los hermanos Martínez Arana: Rosana ha estado al frente del coro y Guillermo de la orquesta.
De la mano de la narradora, Ana Trujillo Rubio, que le ha dado ese punto pasional que solo puede hacerlo una compasionista de la cuna, el público en el teatro se ha reencontrado con los fundadores. De una forma cercana y con la música como hilo conductor, se ha conocido un poco más la historia de los religiosos Mauricio Garrigou y Juana María Desclaux, dos personas con una vida paralela, marcada por la Revolución Francesa y la figura de Napoleón Bonaparte.
Ambos se cruzan en la fundación de la congregación religiosa de las Hermanas de Nuestra Señora de la Compasión, impulsada por las Damas de la Compasión, una afilición de la cofradía de la Santa Espina, solo de hombres, que también quería ayudar a las personas más necesitadas. Es aquí donde también juega un papel importante otra de las protagonistas de esta historia, la Condesa de Mac-Carthy, una mujer que deja a un lado la superficialidad de la vida para tener como prioridad esa ayuda al que lo necesita.
Junto a ellos, destacar a los coros del pueblo, adulto e infantil, el coro de los países del mundo, el de las Damas de la Compasión o el de las Hermanas de Ntra. Sra. de la Compasión, el del ejército y las tropas de Napoleón, el coro de las condesas o el de los sacerdotes y amigos de Mauricio.
Todo ello, aderezado con la música en vivo de la orquesta, integrada por profesores de la Escuela de Música Ntra. Sra. de La Compasión, y con las voces del Coro Santa Ángela de la Cruz, de la Hermandad de la Amargura, al más puro estilo Sister Act. Además, en esta revisión del musical, tras el estreno del pasado año 2022, se ha sumado el coro del colegio. Sin poder pasar por alto el número solista que se marca el artista local Juanlu de Castro en un momento del espectáculo.
Un musical que cuenta solo el comienzo de todo, lo que sentó las bases de un proyecto basado en la educación cristiana y la caridad, que trajo a Dos Hermanas a seis religiosas que fundaron un colegio, primero en la calle Antonia Díaz, en 1955, para, tres años después, trasladarse a su ubicación actual, en la Avenida de Sevilla, donde actualmente se forman a más de 700 alumnos y alumnas. Todos ellos siguen recibiendo las claves de vivir en con-pasión, que no son otras que hacerlo a través de la búsqueda de la felicidad, como enseñó Mauricio Garrigou, profundizando en la alegría, el optimismo y la ilusión.
En definitiva, el gran elenco de alumnado de este colegio ha conseguido traer a Dos Hermanas un pedacito de Broadway, la cuna de los grandes musicales, gracias a su esfuerzo y sacrificio durante los meses previos. Por ello, todos ellos se merecieron esa gran ovación final que les brindó al público al final del espectáculo, antes de que bajase el telón y se apagasen las luces para poner fin a este camino de ilusión y aprendizaje en el que se han vuelto a embarcar para poder representar este musical.