La Asociación Dos Hermanas Solidaria sigue con los actos de su décimo aniversario. La próxima cita será este viernes, día 5, a partir de las 20:00 horas, con una jornada de puertas abiertas con la que dar a conocer a la población la labor que realizan con las personas más necesitadas de la ciudad.
En la actualidad, esta asociación imparte taller de informática y de inglés, clases de español para inmigrantes, asesoría jurídica, orientación en la tramitación de la renta mínima vital, alquileres y vivienda para jóvenes, entre otras acciones.
Las personas asistentes a esta jornada de puertas abiertas podrán disfrutar de un ágape y la tradicional tarviná que prepara Juan Domínguez, colaborador de esta asociación.
Potenciar el voluntariado y el bienestar de la ciudadanía
Dos Hermanas Solidaria, que ahora celebra jornada de puertas abiertas, es una iniciativa de diez personas: Juan de Dios Varela, Isabel María Eugenio, Antonio Cid Polonio, Jose María Romero, Josefa Miguel Montero, José Joaquín Castellón Martín, Miguel Ángel Jiménez Barbero, Manuel Pérez Real y los ya fallecidos Antonio López Monroy y Elisa Galante Sánchez.
Su principal finalidad, según recordó el presidente, Juan de Dios Varela, es “potenciar el voluntariado y el bienestar social de la ciudadanía, con especial atención a las personas en riesgo de exclusión”. Además de contribuir “a la igualdad de oportunidades en el funcionamiento del mercado laboral y fomentar a través de acciones de sensibilización una educación en valores y formación desde la igualdad”.
Dos Hermanas Solidaria comenzó su andadura en la calle Calderón de la Barca, antes de instalarse en su sede actual de la calle Cristo de la Vera Cruz, 3, 1º.
Más de 3.000 personas atendidas
Desde entonces, recuerda su vicepresidente, Antonio Cid, “más de 3.000 personas han pasado por esta asociación en busca de ayuda, sobre todo orientación laboral o las clases de español para inmigrantes, como servicios más demandados”. En este tiempo, han sido unas 200 las personas voluntarias que se han comprometido con esta causa, concentrando durante el confinamiento de la pandemia, apunta Cid, “el mayor número de voluntarios, unos 70, para atender las necesidades básicas de las personas”.
Desde un principio esta asociación vio la necesidad de crear distintos espacios de formación tanto para el voluntariado como para las personas usuarias. En este sentido destaca un convenio con el centro de salud de Santa Ana para formar cuidadores de la Ley de Dependencia y otro con la Fundación Marcelo Spínola contra el paro. Entre sus proyectos más emblemáticos, Café pendiente, dejando pagado en los bares una consumición para las personas sin hogar.