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Un año más, en Dos Hermanas, ha sido un Viernes Santo de Amargura, un Viernes Santo de barrio, en la que la corporación de la Costa del Sol realizó estación de penitencia en una jornada cargada de emociones y novedades.

Este Viernes Santo de Amargura y de barrio empezó a media mañana cuando se celebró un acto de reconocimiento al Hermano Mayor José Manuel González Plaza y a su titular Santa Ángela de la Cruz con la denominación de los dos pasajes que dan acceso a su plaza. Un espacio urbano que también ha sido denominado por parte del Ayuntamiento con el nombre de Plaza de Ntra. Sra. de Amargura. Fue en un acto presidido por el alcalde de la ciudad Francisco Rodríguez García.

Dos figuras que estarían muy presentes en la tarde del viernes durante su procesionar por las calles de Dos Hermanas. Y es que la cofradía transitaba por primera vez por el pasaje que lleva el nombre del que fuera hermano mayor de esta corporación y, como ya es tradicional, tras la cruz del misterio figura la imagen de Santa Ángela de la Cruz, que venera Amargura en su capilla.

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Un templo que relucía más reluciente que nunca en este Viernes Santo de Amargura, ya que la junta de gobierno ha concluido recientemente los trabajos de reforma, con la pintura y adecentamiento de sus fachadas. Desde allí se ponía en la calle esta cofradía tan querida en su barrio y en toda la ciudad, tras la llegada a la plaza en pasacalles de la Agrupación Musical de la Estrella, encargada de poner los sones cofrades a la jornadas.

Un Viernes Santo de altas temperaturas, casi de jornada veraniega, sin el casi, en el que Amargura realizaba su primera estación de penitencia tras haberse aprobada su denominación como hermandad sacramental. Un cambio que se ha notado en el cortejo con la presencia de cirios rojos en los últimos tramos y en los candelabros de guardabrisas del paso de misterio. Un peso elegantemente exornado con un monte de claveles rojos.

Además, en este Viernes Santo de Amargura, la Dolorosa, que porta a su hijo muerto en su regazo, lució en su saya la medalla del Pontificado del Cardenal Amigo Vallejo que le fue donada el pasado mes de febrero por el hermano Pablo Noguera. Y en señal de luto, en la delantera del paso la vara que portara cada Semana Santa Manuel Cuevas Durán, fallecido a finales del mes de marzo.

Amargura presentó algunas novedades en su recorrido este Viernes Santo, sobre todo, en el centro de Dos Hermanas. Tras realizar la Carrera Oficial, la cofradía volvía por Santa Ana, Real de Utrera y Purísima Concepción para retomar por La Mina, con el objetivo de hacer presentación en la capilla de la Patrona en el año del 500 aniversario de la fundación de su hermandad. Además, a su llegado al casco antiguo, la hermandad incorporó este año un tramo sin musica en la calle Purísima Concepción en apoyo a las personas con problemas de sensibilidad auditiva.

Con el Viernes Santo de Amargura dando sus últimos suspiros se vivieron otros de los momentos claves de esta jornada, como su paso por la collación de San Sebastián o su regreso a casa, despidiéndose de su barrio hasta la próxima Semana Santa.

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