BSR Vistazul despidió este sábado el curso 2021/2022 en el Pabellón Pepe Ot de Dos Hermanas con otra derrota abultada. Triste epílogo para no variar la dinámica en la que se ha encontrado inmerso desde que allá por mediados de marzo comenzó su andadura en la Fase de Ascenso.
Esta vez fue el UNES FC Barcelona quien pasó por encima de los nazarenos al vencerle por 34 a 63, sumando así su octavo resultado negativo consecutivo. Sí, sí. Han leído bien. En la segunda parte de la competición no han sido capaces de ganar a ningún rival y todos agradecían enfrentarse a los sevillanos.
Hay diversos factores que explican esta situación. El primero de ellos es la consecución de la permanencia en Primera División al hacer los deberes en la Liga regular. Clasificados segundos del Grupo A le daba opciones de luchar con los mejores de la categoría de plata para subir a la élite.
Ahí fue cuando se destapó el tarro de las carencias. Sin posibilidades económicas reales de estar en lo más alto si hubiera habido éxito, la plantilla se relajó en exceso. Si a ello sumas la delicada realidad económica del club aumentaban los problemas.
Expediciones del conjunto andaluz reducidas a la mínima expresión, llegando, incluso, a ir sólo cinco jugadores a un costoso desplazamiento a Ferrol son ejemplos del devenir ligero en los últimos choques. De esta forma, poco o nada se podía hacer.
En cuanto al encuentro del pasado fin de semana más de lo mismo. A pesar de que ambos equipos no se jugaban nada, salieron a la cancha con ganas de dar espectáculo. Los locales querían agradar a su público y lo intentaban con una intensidad que sorprendía al Barça (18-12, minuto 13), pero un tiempo muerto del entrenador visitante, Óscar Trigo, cambió todo por completo.
Los visitantes le dieron la vuelta al marcador y parecía que todo estaba decidido con el paso del tiempo reglamentario. Un último arreón de casta nazarena apretó el electrónico (32-38, minuto 32). Fue un espejismo. Una presión asfixiante del rival provocó un parcial de 2-25 para acabar la temporada con muy malas sensaciones y un triste epílogo. Al menos, el martirio ya se ha acabado.