A las espaldas de la iglesia de Santa María Magdalena se encontraba un pequeño jardín que servía, el patio de Santa Ana, que servía de antesala a la capilla. Un jardín (llamado posteriormente patio) que rezumaba paz y tranquilidad, con sus cipreses, paraísos, naranjos, romeros, rosales… hasta un pequeño trigal. Sirviéndonos del dibujo que presentamos y que representa al patio de Santa Ana y su entorno hacia 1845, vamos a adentrarnos en este antiguo rincón de Dos-Hermanas, en cuyo solar, se construiría en 1886 el convento de las Dominicas del Santísimo Sacramento. Del viejo jardín, hoy sólo nos queda el actual patio de Santa Ana, de pequeñas dimensiones y muy reformado en 2016-2017.
1 Vemos el jardín que se abría ante la capilla de la Patrona y la casa del santero. A él se accedía por una rampa de tierra con algunos escalones naturales, que ya fueron mencionados a finales del siglo XVI por el licenciado Juan Ponce de León en su versión de la leyenda de las dos hermanas. Asimismo, reseñable es la visita que don Antonio María de Orleáns y doña María Luisa Fernanda de Borbón, infantes-duques de Montpensier, efectuaron al jardín el día primero de mayo de 1857. Los Duques se trasladaron a la villa de Dos Hermanas aquel día para entregar el recién restaurado pendón de San Fernando. El acto de entrega tuvo lugar por la mañana, y terminado el mismo, se dirigieron al jardín de la capilla de Santa Ana, donde se les sirvió un almuerzo, amenizado con una banda de música militar. Por su parte, Eduardo Antón Rodríguez afirmó en 1864 que “en el patio de la capilla hay un pozo, cuya agua, a semejanza del de San Isidro de Madrid, dicen que cura las enfermedades”, pozo que terminaría desapareciendo, al igual que buena parte del jardín cuando se construyó el referido convento. Por cierto, esta finca no se vio afectada por la Desamortización de Madoz al ser considerada como iglesiario o huerto rectoral. De esta forma, se mantuvo vinculada a la capilla.
2 La capilla de Santa Ana, en su exterior, mostraba casi el mismo aspecto que en la actualidad. Eso sí, eran mucho más visibles su sencilla cúpula y sus muros norte y este, hoy tapados por construcciones adyacentes.
3 La parroquia de Santa María Magdalena, construida entre 1797 y 1804, era la otra vecina destacada del jardín, junto con la capilla, la hacienda de la Mina Chica (al este) y el primitivo camposanto de la iglesia, ubicado al norte.
4 La casa-habitación del santero de la capilla de Santa Ana, era una modesta y sencilla vivienda adosada a aquel templo, con el que estaba comunicado. Poseía un pequeño atrio donde se encontraba la parra que en 1856 Fernán Caballero mencionaría con estas palabras: “¡Cómo! Mi hermosa parra bien querida, ¿no existe ya? Ha dejado de vivir a la par que la santera”. Sería en ese atrio donde se colocaba la mesa electoral cuando se celebraban elecciones en Dos-Hermanas en los primeros años del reinado de Alfonso XII. Construida la casa hacia el siglo XVII y muy reformada en las siguientes centurias, en ella residió el famoso sochantre Francisco de Paula Vigil (1777-1839). Por último, todavía hoy se conserva una de sus estancias, siendo utilizada como sacristía de la capilla.