El martes, día 30 de junio, la imagen de la Virgen de Valme será retirada del culto para la realización de labores de mantenimiento y conservación por parte de personal técnico del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH).
Una actuación enmarcada en los acuerdos suscritos tras el proceso de restauración de la venerada imagen, que tuvo lugar en 2014. Desde entonces, se vienen realizando anualmente visitas periódicas con un seguimiento exhaustivo del estado de conservación de la talla.
En el informe emitido tras el reconocimiento efectuado en noviembre de 2019, se puso de manifiesto la conveniencia de reintegrar determinadas lagunas detectadas en la policromía. Causadas por el paso del tiempo y los desgastes normales que se producen al vestir a la Virgen.
Inicialmente, estas labores de mantenimiento estaban prevista para comienzos del pasado mes de abril, pero tuvo que aplazarse debido a la declaración del Estado de Alarma a causa de la pandemia del Covid-19.
Una vez finalizadas estas labores de mantenimiento, la imagen de la Protectora de Dos Hermanas volverá a su camarín de la Capilla del Sagrario, quedando de nuevo expuesta al culto y durante unos días se podrá admirar sin el manto, en todo el esplendor de su talla gótica.
Restauración en 2014
Los principios sobre los que se basó la restauración de la Virgen de Valme en 2014, dado el carácter devocional y procesional de la imagen, son los de conservación material. Su objetivo fue el de de frenar los procesos de deterioro, así como los de conservación, que actúan sobre los aspectos estéticos. Los problemas de la imagen se centraban en la policromía, con pérdidas de adhesión, pérdidas de materia y suciedad.
La propuesta de intervención estaba encaminada a conservar la estética actual de la imagen, ya que es la que se establece y, por tanto, está arraigada en la memoria. El proceso de conservación-restauración tuvo una duración estimada de tres meses.