Hugo Santos Gil ha renovado su cargo como hermano mayor de la Hermandad de Valme en un año especial, en el que se conmemora los 150 años de la estancia definitiva de la Virgen en la ciudad. De esta efeméride y de la romería habla en esta entrevista.
Renueva mandato en el año del 150 aniversario de la llegada definitiva de la Virgen de Valme a Dos Hermanas. ¿Cómo está viviendo este año?
Está siendo un año especialmente intenso y significativo, debido a esta conmemoración. Hemos querido realzar la efeméride, que consideramos importante, no sólo para la historia de la devoción a Ntra. Sra. de Valme, sino para la propia historia de Dos Hermanas, pues podemos afirmar que la permanencia de la Virgen en la Parroquia de Santa María Magdalena marcó un antes y un después para el pueblo. Por ejemplo, el nacimiento de la Romería de Valme (hace ahora 125 años) no se habría producido sin la venida definitiva de la Virgen.
150 años después de la llegada de la Virgen a Dos Hermanas, ¿Ocupa el papel que se merece en la vida de la ciudad?
Valme y Dos Hermanas son inseparables. No se entiende a la Virgen sin su pueblo, pero tampoco al pueblo sin Ella. Incluso, más allá de la fe y de las creencias de cada cual, es un rasgo distintivo, un elemento fundamental que configura la identidad, la cultura y el ser de Dos Hermanas. Hoy tenemos el reto de que esta identificación se mantenga y acreciente en una Dos Hermanas que es ya una gran ciudad, donde la mayor parte de la población procede de fuera y está menos vinculada a nuestras tradiciones.
¿Qué incidencia va a tener este aniversario en la Romería de Valme que tenemos en puertas?
Hemos querido realzar este aniversario en vísperas de la romería con la colocación de un mural en la torre de la Parroquia. Asimismo, para los cultos, la imagen de la Virgen ha sido entronizada en el camarín del retablo mayor de la parroquia, para destacar precisamente su vínculo con el templo donde recibe culto de forma ininterrumpida desde 1869.
La romería es para acompañar a la Virgen de Valme con gozo y alegría.
¿Es la seguridad de las personas que acuden a la romería el mayor desvelo de las personas que participáis en su organización?
El cortejo de la romería va a alcanzar este año casi los 200 vehículos de tracción animal, entre carretas, galeras, carros de mulos y coches de caballos, lo cual da una idea de las dimensiones que está adquiriendo. Es ilusorio pensar que la Hermandad tiene los medios y los recursos suficientes para organizar este cortejo, y muchas veces se la hace responsable de cuestiones en las que no puede entrar y para las que no es, ni puede ser, competente. Por supuesto, lo principal es procurar los medios para que la jornada se desarrolle con total normalidad y sin incidentes.
¿Algún mensaje que quiera mandar a la ciudadanía para que se viva una buena Romería de Valme?
La Hermandad ha hecho un llamamiento a la participación responsable en la romería, pidiendo a todos prudencia, precaución y respeto tanto hacia las personas como a los animales, bienes y, en general, al medio ambiente y al orden público. Es importante recordar que, siendo un día por supuesto de fiesta, ser romero de Valme conlleva no sólo derechos, sino también elementales deberes cívicos. Lo principal es no olvidar que se trata de acompañar, con gozo y alegría, a la Virgen de Valme, centro y razón de ser de esta celebración.
¿Tiene el hermano mayor de Valme una opinión sobre el tema de si cohetes sí o cohetes no en este tipo de celebraciones?
Mi opinión en este tema es la que ha manifestado públicamente la Hermandad. La Romería de Valme, como fiesta religiosa y popular, está configurada por una serie de elementos que la caracterizan, como los cohetes, que son propios de este tipo de celebraciones. Entendemos que puedan ser molestos para algunas personas o colectivos, pero no creemos que deban ser prohibidos totalmente. Sí quiero mencionar que la Hermandad ya fue reduciendo el disparo de cohetes y este año se ha conseguido que, al menos, nos autoricen cuatro días. Si se llega a aprobar una normativa que los prohíba totalmente, estudiaremos los medios legales para defender esta tradición o, cuando menos, que se alcance un equilibrio plausible entre los derechos de todos.