La tarde del Jueves Santo fue una de las más complicadas de la segunda parte de la Semana Santa. El riesgo de lluvia, con episodios de tormentas y granizos, era elevado, como así ocurrió, provocando que la jornada se rompiese en su comienzo. La Hermandad de la Sagrada Cena no realizó su estación de penitencia. Así lo anunciaba la propia corporación de la calle La Hacendita en un comunicado publicado en redes sociales.
Tomaba esta decisión, después de retrasar en media hora su salida para seguir analizando los partes meteorológicos, mientras fuera seguía lloviendo.
Unas decisiones que nunca se quieren tomar, pero que son las más acertadas cuando la probabilidad de lluvia está presente. En la calle, una nueva desolación, tras no haber disfrutado de la cofradía de Oración la jornada previa. “Todo un año esperando…” era la frase que más se escuchaba en los corrillos de gente, que se tuvo que conformar con contemplar los tres pasos de La Cena en el interior de su casa hermandad. Mientras, fuera se escucharon algunos sones, los de la Capilla Musical Calvarium o la Banda de Música Cristo del Amor de Córdoba.
Pero el Jueves Santo tenía una cita ineludible con la Cruz y la muerte de Cristo que el mal tiempo quiso respetar. La Hermandad de Vera-Cruz pudo poner su cofradía en la calle cuando el riesgo de lluvia descendió considerablemente. Salvando la segunda parte de la jornada que estuvo marcada por la sobriedad de la corporación de San Sebastián.
Otra de esas cofradías clásicas, con historia, casi cinco siglos, que es más que palpable en su forma de caminar por las calles de Dos Hermanas. La majestuosidad del crucificado muerto sobre su paso de caoba y lirios morados, frente a la elegancia y sevillanía del palio de la Virgen del Mayor Dolor con sus sones fúnebres.
Una saeta para el recuerdo
La salida de la Hermandad de Vera-Cruz tuvo sones de saeta, la que le cantó el pequeño Francisco a Cristo muerto en su cruz. El ex concursante del programa de sevillanas de Canal Sur, Yo soy del Sur Peques, impresionó a todos cantando a los pies del paso a las puertas de la Capilla de San Sebastián. Un momento que recogieron las cámaras del periódico La Semana y que se ha convertido en viral en nuestras redes sociales, con 62.000 personas alcanzadas. Francisco, a sus 13 años, lleva tres cantando saetas, siendo ya habitual en La Estrella y Amargura el Sábado de Pasión. Hace dos años cantó a Gran Poder en la calle Alcoba.