Después de una mitad de Semana Santa plena de luz y de calor, en las jornadas de Domingo de Ramos, Lunes y Martes Santo, la segunda parte iba a estar marcada por la inestabilidad meteorológica. Así se evidenció el Miércoles Santo cuando el tiempo cambió y las nubes y el riesgo de lluvia volvieron a ser protagonistas de la estación de penitencia de Oración.
La tarde de esta jornada, ecuador de la Semana Mayor, no pintaba bien, en lo que a partes se refiere, pero había ganas en la calle Aníbal González de disfrutar con los pasos de esta cofradía de centro, todo un clásico y referente de la Semana Santa nazarena.
Dentro, tras las puertas de la casa hermandad, aguardaba el Señor Orando en el Huerto, junto a su madre, la Virgen de los Dolores. Mientras, la junta de gobierno consultaba las predicciones de los meteorólogos para confirmar lo que ya era una evidencia: la inestabilidad y el riesgo de lluvia.
Por ello, no hizo falta prórrogas o aplazamientos del horario de salida, ya que, antes de las siete, hora en la que tenía que poner su Cruz de Guía en la calle, la junta de gobierno anunciaba que no se iba a realizar estación de penitencia esa tarde de Miércoles Santo.
Primera decepción de esta Semana Mayor de 2019 y primera cofradía de su nómina que se quedaba en casa, augurando una realidad que se repetiría en las jornadas venideras.
Las puertas de la casa hermandad se abrieron al numeroso público que había allí congregado, para que pasase a contemplar los pasos. Sobre todo, una de sus principales novedades para esta jornada, la restauración que de sus Apóstoles había realizado el imaginero nazareno Antonio Luis Troya Román. Será para el próximo Miércoles Santo.