DUMBO
Como una muestra más de la ausencia de ideas para realizar nuevas películas, la superpotencia Disney se ha lanzado en la última década a recrear sus grandes éxitos de siempre en imagen real (desde 2010 hemos podido ver Alicia en el país de las Maravillas, Maléfica, Cenicienta, El libro de la selva, La Bella y la Bestia… y en breve veremos El Rey León, Mulán, Aladdin, La Sirenita, Pinocho…), y, por supuesto, esta Dumbo, en la que Tim Burton deja a un lado su oscuro imaginario casi por completo, y en el que dirige con piloto automático una película que, sin embargo, emociona más de lo esperado y que logra algunos momentos significativos.
Holt Farrier regresa de la guerra al circo en el que vivía. Tras haber perdido un brazo en la batalla, se encuentra con que el circo está en horas muy bajas. El nacimiento de un elefante puede ser lo que atraiga de nuevo al público, pero las orejas excesivamente grandes de este hacen que se convierta más en objeto de burla que de expectación. Hasta que los hijos de Holt, encargados de cuidar al pequeño paquidermo, descubren que puede volar. Ello hará que el pequeño circo de los Hermanos Medici alcance el éxito del pasado, y que un gran inversor se interese en ellos.
Estados Unidos, 2019 (112′)
Dirección: Tim Burton.
Producción: Katterli Frauenfelder, Derek Frey, Ehren Kruger, Justin Springer.
Guión: Ehren Kruger, basado en la novela de Helen Aberson y Harold Pearl.
Fotografía: Ben Davis.
Música: Danny Elfman.
Montaje: Chris Lebenzon.
Intérpretes: Colin Farrell (Holt Farrier), Michael Keaton (V.A. Vandevere), Danny DeVito (Max Medici), Eva Green (Colette Marchant), Alan Arkin (J. Griffin Remington), Nico Parker (Milly Farrier), Finley Hobbins (Joe Farrier), Roshan Seth (Pramesh Singh), Lars Eidinger (Hans Brugelbecker), Deobia Oparei (Rongo).
Esta nueva versión de Dumbo nos presenta a un animal verdaderamente adorable, en una cinta contradictoria en la que la mano de Burton se nota solo en algunos detalles visuales, pero no en el modo de contar la historia, mucho más blanca de lo que nos tiene acostumbrados, alejada de esa negrura que estaba presente en casi toda su filmografía. El director cuenta con un grupo de habituales, intérpretes con los que ha trabajado antes (Keaton, DeVito, Green…), el montaje de Chris Lebenzon o la música (inconfundible) de Danny Elfman.
Burton no parece del todo Burton, y sin embargo recupera un nivel que hacía tiempo que no alcanzaba. La película es sobrecargada, excesiva en muchos momentos, pero sin embargo funciona casi siempre. Hay momentos de verdadera magia en la cinta (algunos vuelos de Dumbo, la secuencia de los elefantes rosas…), el mensaje animalista está más acentuado que en la original, y establece un paralelismo entre humanos y animales en cuanto a lo que significa ser madre o padre.
También hay una crítica a las grandes corporaciones, encarnada en un monstruoso parque de atracciones, totalmente inesperada por venir de quien viene, una empresa que se está haciendo con el control de todo el audiovisual del planeta que parece (en este sentido) que se tira piedras sobre su propio tejado.
Más críticas en: https://happyphantomblog.wordpress.com.