Maneras de rezar o de dirigirse a Cristo y a su madre, la Virgen María, en sus diferentes advocaciones, hay muchas, pero a la Amargura se le reza cada Viernes Santo en Dos Hermanas cantando. Las saetas se han convertido, cada Semana Santa, en una parte más de la banda sonora que acompaña en su procesionar a los titulares de esta cofradía, que llega al centro desde la Costa del Sol.
Nunca cambia, aunque las jugarretas del tiempo, como este Viernes Santo, provocasen que la hermandad tuviese que acortar su recorrido de vuelta a casa, tras la Carrera Oficial, cuando la junta de gobierno recibió la información de que había un alto porcentaje de probabilidad de lluvia para las próximas horas.
Por ello, aunque estaba prevista la vuelta por La Mina, San Sebastián y Cristo de la Vera-Cruz, el cortejo decidió tomar por la calle Real Utrera, que tuvo en esta Semana Santa una doble ración con esta Virgen que porta con dolor entre sus brazos el cuerpo de su hijo muerto y descendido de la cruz.
A pesar de este cambio, la cofradía discurrió con normalidad y, como había muchas ganas de ver a Amargura en la calle, era mucho el público que la aguardaba en la plaza que lleva su nombre para presenciar su entrada.
Uno de los momentos más emotivos de cada Viernes Santo, cuando la noche ya cae cerrada, en la frontera con un Sábado Santo de funeral, y las emociones están a flor de piel. Las chicotás se suceden, como también lo hacen los sones de la Agrupación de Ntra. Sra. de la Estrella, en una conjunción perfecta con la cuadrilla de costaleros, que hacen que merezca la pena el encuentro cada año con la Virgen en su Amargura por la muerte de Cristo.
Misa de Acción de Gracias
La Hermandad de Amargura celebra este viernes, día 6, a las 21:00 horas, Misa de Acción de Gracias. Será en su capilla, delante del paso de sus titulares. También se procederá a la entrega de las pastas a la pregonera de las Glorias de María de este 2018.