El Barrio Pachico tuvo el Lunes Santo un especial cariz solidario cuando la cofradía de la Santa Cruz inició su estación de penitencia. Tanto la levantá del paso de misterio del Cristo de la Presentación como la del palio del Amor y Sacrificio estuvieron dedicadas a un vecino del barrio muy especial, Samuel Cotán, el niño con el Síndrome de Wolfram, al que la ciudad está ayudando con su tratamiento. En este sentido la hermandad también ha dedicado los donativos que sus hermanos realizan cada Semana Santa para esta causa.
En una nueva tarde de cofradías de nuevo muy calurosa, en la que la hermandad repartió agua entre el cuerpo de nazarenos en varios puntos, la única lluvia que recibió la cofradía fue en forma de pétalos de flores en varios puntos de su recorrido.
Los dos pasos volvieron a dejar su impronta en lo que a su forma de caminar se refiere. El misterio es un auténtico barco de la Semana Santa que levanta los aplausos a su paso, con el izquierdo por delante. Mientras que el palio va derrochando elegancia con cada una de sus mecidas en la tarde noche del Lunes Santo.
Una jornada en la que la Santa Cruz ha querido tener una presencia mayor por su barrio, que la despidió a la ida y la recibió en su vuelta, cuando el Lunes ya se confundía con el Martes Santo, diciendo adiós a la Virgen del Amor y Sacrificio con una petalada de su grupo joven.