Los escudos municipales juegan un papel importante, pues, entre otras cosas, simbolizan la libertad e independencia de la ciudad frente a poderes superiores o propiedades particulares. Comenzaron a utilizarse en España durante la Edad Media, pero nuestra ciudad, a diferencia de otras poblaciones de nuestro entorno más cercano, careció de un escudo de armas propio hasta bien entrado el siglo XIX.
Bien es cierto que existen pruebas de que a principios del XVII se venían utilizando las armas reales como las propias del municipio, teniendo en cuenta que se trataba por aquel entonces de una villa realenga. Esas mismas armas reales continuaban siendo el escudo de Dos-Hermanas a finales de la siguiente centuria, aunque ya no fuese realenga sino señorial, bajo la influencia de la familia sevillana de los Pedrosa. El cura Juan Vázquez Soriano, en las contestaciones al interrogatorio de Tomás López (1787), nos decía que Dos-Hermanas “por armas tiene un escudo con castillos y leones que paresen del rey, a las caídas y sircunferencias, en los lados, varios tambores y lansas, no se saben los motivos”.
Hubo que esperar al reinado de Isabel II, en la época del triunfo del liberalismo, para asistir a la creación del escudo de la villa, que vino de la mano de la adopción del primer sello oficial del Ayuntamiento. La primera vez que lo vemos publicado fue en la Guía de Viajeros del ferrocarril de Sevilla a Cádiz (1864) de Eduardo Antón Rodríguez. No era sino un fiel reflejo del citado sello del consistorio nazareno, creado en 1860, y en él aparecen dos mujeres ataviadas con vestimentas medievales con las manos entrelazadas. Al timbre, una corona real abierta, que recordaba los orígenes realengos de la población. Curiosamente, en este primer escudo no se tenían en cuenta los casi doscientos años de dominio de los Pedrosa, marqueses de Dos-Hermanas.
Y se mantuvo sin apenas alteraciones hasta los primeros años del siglo XX. En esas fechas se llevaron a cabo cambios en el escudo que fueron siempre en consonancia con el pensamiento neocatólico y tradicionalista de los que rigieron el consistorio entre 1899 y 1906. Por un lado, se prescindió de la corona real abierta, y, por otro, las dos mujeres aparecen sosteniendo unas palmas y tocadas con una corona. No olvidemos que en esa época todavía se pensaba que las dos hermanas ‘fundadoras’ eran primas o parientes del rey Fernando III el Santo, como llegaron a afirmar en su momento autores como Méndez Silva y el padre Leandro José de Flores. Hoy, este dato ha quedado prácticamente en el olvido.
2001 | 1974 | 1940 | 1931 |
1927 | 1903 | 1864 | 1787 |
A mediados de la década de 1920 volvieron los cambios al escudo de la villa. Por un lado, volvió la corona, que esta vez es cerrada, y, por otro (aquí está la novedad), las dos hermanas, muy estilizadas, llevan aureola en un claro intento de remarcar, en esta ocasión, las virtudes y, sobre todo, la santidad de las dos mujeres fundadoras de la población. Se retomó la idea, surgida en el siglo XVIII, de que las dos hermanas destacaban por su santidad, de ahí que se impusieran a dos calles del barrio de San Sebastián los nombres de las fundadoras de esta peculiar manera: Santa Elvira y Santa Estefanía.
Proclamada la II República en 1931, se procede a retirar del escudo, como es lógico, la corona real. Curiosamente, para eliminarla, en los documentos se pone con la máquina de escribir el símbolo “=” sobre la corona. En cualquier caso, durante los años de la República se empleó más el escudo de la Nación que el de la villa para encabezar la documentación municipal.
Tras la Guerra Civil, se recuperó el escudo de principios del siglo XX, al que se le añadió una corona real abierta y una cartela que rezaba “Villa de Dos-Hermanas”. Este será el escudo que permanecerá prácticamente inalterable hasta 1974, cuando, a instancias de don Pedro Sánchez Núñez, cronista oficial de la ciudad, se adoptó el escudo aún vigente, que, además de las dos hermanas, contiene la torre de los Herberos, en clara referencia a la antigua Orippo. Se trataba de un escudo francés cortado, en cuyo primer campo aparecen en plata dos mujeres con las manos entrelazadas y con vestidos de color verde y blanco una y rojo y azul la otra. En el segundo en gules una torre de plata, y al timbre corona real abierta. Decoraban a los lados unos lambrequines y en la base del escudo aparecía una cinta con la inscripción “Ciudad de Dos-Hermanas”. El escudo fue autorizado mediante el decreto 513/1974 de 14 de febrero del Ministerio de la Gobernación.
Finalmente, en pleno municipal celebrado en diciembre de 2001, se decidió eliminar los lambrequines y la cinta y adoptar un escudo de tipo español, dando lugar al que hoy podemos ver.
{xtypo_rounded4}Curiosa fue la carta que se leyó en la sesión de 18 de agosto de 1911. Remitida por el presidente de la Diputación Provincial, en ella se decía que varios artistas “que se proponen tomar parte en los trabajos de la Exposición Hispano-Americana que se proyecta para 1914 [al final se haría en 1929], le han pedido los escudos de los pueblos de la provincia, para hacer de ellos motivo de decoración y como lo que de esos escudos existió en el archivo de la Diputación desapareció con el incendio no le es posible complacerlos si los pueblos no lo envían”. El entonces alcalde Federico Caro propuso, y así se acordó, enviar “un croquis del escudo que hay”. El croquis es este que sería publicado en 1915 en la segunda parte del tomo XVIII de la Enciclopedia Espasa.{/xtypo_rounded4}