Y Dos Hermanas caminó con el Gran Poder una nueva Madrugá

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    Madrugá Gran PoderHay madrugadas eternas, de las que no se quieren despedir nunca y casi se solapan con la mañana. Y una de ellas es la del Viernes Santo, cuando Jesús deja su capilla de Real Utrera y recorre Dos Hermanas derrochando su Gran Poder de Dios por las calles nazarenas.

    Lo hizo cuando el reloj de la parroquia mayor marcaba las tres de la madrugada y aún llegaban a Real Utrera los sones solemnes  de una espléndida tarde de Jueves Santos en la feligresía cercana de San Sebastián. En la penumbra de la noche y arropado por un cuerpo de más de trescientos nazarenos y nazarenas, el Cristo de la mirada dulce y perdida en su monte de claves color sangre, como la que le brota de su corona de espinas, ha caminado por el silencio de la ciudad y con él ha caminado una Madrugá más Dos Hermanas.

    Gran Poder Madrugá

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    Lucía la talla de Manuel Gutiérrez Reyes y Cano la túnica morada con bordados en oro, como su cíngulo, que se han cimbrado con el realista caminar del Señor del Gran Poder, al que le han seguido durante su estación de penitencia una larga fila de promesas por cumplir y que más de uno y una no ha parado de repetir entre sus rezos en el silencio de la noche, sólo roto por alguna saeta y la voz imponente de su capataz, Diego Gómez Romero, mandando a sus costaleros que sigan de frente o que den la derecha atrás o la izquierda adelante.

    Y tras Jesús con la cruz a cuesta, en este intenso caminar al Calvario, María del Mayor Dolor y Traspaso, acompañada por San Juan Evangelista en un embriagante palio de claves y rosas blancas. La Madre de Dios en esta Madrugá de Viernes Santo ha querido acordarse de aquellas personas que necesitan un trasplante y de aquellos que donan vida con sus gestos, incluyendo una vela con este motivo entre la candelería que la  ha iluminado durante toda la noche.

    Pero los momentos intensos de la jornada estaban por llegar, cuando el sol, tímidamente solapado sobre las nubes con las que ha amanecido la jornada, ha hecho acto de presencia. Por primera vez en una Madrugá el Cristo del Gran Poder y su madre, del Mayor Dolor y Traspaso se presentaban ante la patrona de Dos Hermanas, la Virgen de Santa Ana.

    Un hito que ha sido posible gracias a la remodelación realizada por el Ayuntamiento en el entorno de la capilla y la restaurada Torre del Olivar. Ambos pasos, Cristo y Virgen, se ha  posado frente a la junta de gobierno de la Hermandad de Santa Ana, con la que Gran Poder mantiene estrechos lazos de relación. A ellos, se les ha hecho entrega de un ramillete de claveles rojos del Señor, que le ha dado un costalero al capataz,  para que se lo entregasen  a la abuela.

    Tras los correspondientes rezos del Padre Nuestro y el Ave María, la cofradía ha proseguido su recto caminar hacia su capilla, dónde hacía entrada pasada las ocho de la mañana.

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