Una nueva inscripción acaba de ser colocada al pie de la Virgen de Valme. Reza así: “Hallándose Ana María Aguilera con el mal del cólera, su madre, Antonia Ortega, se encomendó a la Virgen de Valme, y sanó milagrosamente en el mes de julio de 1855”. Es el último de otros agradecimientos que los nazarenos, junto a presentes de plata y otras ofrendas, expresan a la Virgen en el altar del Sagrario. Otras inscripciones cuentan los casos (en 1835) de Clemencia Alcocer (curada de una inflamación cerebral que la dejó tullida siete años) y el del niño José Salinas Rubio, al que la Virgen salvó de una grave enfermedad en 1844.