Mucho público arropó a la cofradía en su procesionar por las calles de Dos Hermanas
Los malos augurios meteorológicos han privado durante muchas Semanas Santas a los devotos de la Amargura de sus Titulares por las calles de Dos Hermanas. Por eso y ahora que el tiempo está permitiendo el discurrir sin riesgo de lluvia de las cofradías nazarenas hay muchas ganas de pasos en la calle y muchas las ganas de ver a la Virgen de la Amargura con su hijo descendido de la cruz en sus brazos. Un descenso que en esta Semana Santa ha sido de estreno, ya que el paso ha lucido durante su estación de penitencia nuevas escaleras sobre la Cruz que preside el paso.
Durante toda la tarde del Viernes Santo fueron muchas las personas que salieron al paso de la cofradía en cualquiera de los rincones por los que discurrió desde que a las 17:00 horas se abrieron las puertas de su capilla, en la Costa del Sol, rompiendo el silencio que reinaba en la Plaza de la Amargura con un sonoro aplauso.
Buenas fueron las sensaciones que se vivieron en las distintas representaciones que realizó la corporación a lo largo de su itinerario, aunque si cabe destacar uno de los momentos vividos el pasado Viernes Santo ese fue, sin duda, el retorno, la entrada en su templo.
Elegante, sencillo y emocionante fue el momento que se vivió en su entorno, donde reside la Amargura los 365 días del año. Allí sus fieles, sus devotos, los que la siguen cada año se despidieron de ella y de su hijo hasta el año próximo, con un único deseo, que el tiempo acompañe y que la Amargura vuelva a reinar por las calles de Dos Hermanas una tarde de Viernes Santo.
Tras el himno, la Agrupación Musical Ntra. Sra. de la Estrella tenía aún un as bajo la manga, la marcha Más cerca de ti, que sonó mientras que, pausadamente, los capataces dieron las indicaciones a los costaleros en una capilla totalmente a oscuras y así terminar la estación de penitencia.
Misa de Acción de Gracias
Concluida la Semana Santa, la Hermandad de Amargura celebra el próximo viernes Santa Misa a las 21:00 horas ante el paso procesional para dar gracias por la Estación de Penitencia. En ese mismo momento, se proclamará la persona encargada de pronunciar el pregón de las Glorias de María y se le hará entrega de las pastas.