Chinabaus sorprende al público con su montaje Upper
Con la sensación a la llegada de no saber lo que se iba a encontrar y con dudas a la salida sobre lo visto. De esta forma afrontó y asimiló el público que acudió el pasado jueves a ver Upper el espectáculo que Chinabaus Danza presentaba en el teatro.
Sobre el escenario una diáfana habitación provista de escaso mobiliario, algunas sillas y una mesa, y rodeada por muchas puertas por las que entraban y salían a escena, con un ritmo trepidante, los siete bailarines de la compañía. A sus pies una pequeña banda que puso la música en directo. Y una misma intención, hacer lo que su director, Juan Dolores Caballero, ha dado en llamar danza bruta.
Frente a la armonía y equilibrio de los cánones clásicos, Upper apostó por el desequilibrio y el exceso para tratar el amor, el dolor, la dureza de la sociedad o la integración en la misma. Con una predilección por lo feo y el deshecho humano.
Chinabaus consiguió con Upper mantener en vilo al público presente quien no pudo apartar sus ojos, mientras sus oídos se embelesaban con los sonidos de la banda en directo, en los movimientos deformados de sus bailarines, con una apuesta original que no dejó indiferente a nadie o, al menos, consiguió que el montaje permaneciese en sus cabezas una vez bajado el telón.