La investigación traspasa fronteras a Europa y EE.UU.
El próximo día 10 se cumplen cinco años de la desaparición del joven Josué Monge García sin que hasta la fecha se haya dado con su paradero, ni con el de su padre, Antonio Monge,quien también despareció del domicilio familiar a los quince días.
Cinco años en los que la Policía Nacional no ha cejado en su empeño por resolver el caso, según Miguel Jiménez, jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta.
Jiménez asegura que no se para de hacer gestiones, como un rastreo por los países europeos e, incluso Estados Unidos, a través de la Interpool o las embajadas españolas. Asimismo, prosigue, se han remitido escritos a todos los ayuntamientos españoles, así como de Ceuta y norte de Marruecos, solicitando la posible información sobre el vehículo con el que desapareció el progenitor, tanto de sus depósitos municipales como por posibles sanciones. Las gestiones se completan con la comprobación que el servicio de Subsuelo está llevando a cabo por los pozos de Dos Hermanas y su contorno.
{xtypo_rounded_left2}20 años
tienen que pasar para que prescriba el caso y se cierre.{/xtypo_rounded_left2}
Sin olvidar las posibles llamadas, que se reavivan cuando el caso aparece en prensa, con posibles datos sobre el paradero de los desaparecidos. Los últimos avisos, sin resultado, procedían de Lérida y Ceuta.
En contacto directo con Miguel Jiménez, para estar al tanto de todos los pasos que se dan, se encuentra María Isabel García, madre de Josué, quien asegura sentirse “sola y sin el apoyo de nadie”. A pocos días del aniversario de la desaparición, la actitud de Isabel es de desesperanza, afirmando que “ya la gente se ha olvidado de mi hijo”. Su única obsesión es encontrar a su marido, la clave del caso para ella.