«Así, no» dice el cartel
que han colgado sobre el puente,
para que vea la gente
como logra un mentecato
liberarse de la quema,
demostrándole al sistema
lo que curra un sindicato.
«Así, no» fueron palabras
nunca dichas; nunca oídas
contra prácticas suicidas
que a tantos empobrecieron,
a muchos aniquilaron,
a todos perjudicaron
y a ellos enmudecieron.
Así, no. Siempre a dos bandas:
ayer mudos y discretos,
y hoy regando de panfletos
las empresas y fachadas,
con un verbo innecesario,
mucha bronca de escenario
y consignas trasnochadas.
Así, no. Claro que no.
Así, parando al país,
lo hacéis jugar al parchís
lanzándolo contra otro muro,
que las fichas, son ajenas,
vuestras cábalas, de arena,
y vuestro pan, bien seguro.
Así, no. Claro que no.
Y al final, nos llegó el pitido.
Muy grande os viene el partido
pues, en tiempo de descuento,
sólo mostráis estridencia,
bronca amarga y prepotencia:
simple falta de talento…