Párroco saliente del Divino Salvador
José Joaquín Castellón emprende en el mes de septiembre una nueva misión cristiana en Pekín, tras toda una década trabajando en la zona sur de Dos Hermanas como párroco del Divino Salvador.Marchenero de 44 años, a Joaquín le van los retos y ahora el suyo es la enseñanza en China.
El próximo mes de septiembre emprende un viaje a China¿Cuál es su misión allí?
Me marcho a Pekín a colaborar con la iglesia de China para dar clases de filosofía en el Centro de Estudios Teológicos, en el que hacen falta profesores. Me da mucho respeto dar clases en chino, pero no voy con prisas, sino con planes de aprender el idioma en tres años y ya he realizado la preinscripción en un curso de chino para extranjeros.
¿Cómo le surge este proyecto?
Me surgió en Francia, en una asociación de sacerdotes a la que pertenezco. Allí vi a un grupo de curas chinos y se despertó una curiosidad en mí por un país con más de dos millones de personas y tan pocos católicos. Es una llamada de Dios, ya que ni yo lo he decidido, ni nadie me lo ha propuesto o impuesto.
Suena como si fuese a evangelizar China…
Voy a colaborar con la iglesia de China. La fe cristiana tiene mucho que aportar en todas las culturas y ser mensajero de Cristo es importante. En China también hace falta la luz de Cristo.
¿Cómo está preparando su marcha?
Estoy recibiendo clases de chino con nativos, que me están ayudando y haciéndome a la idea de que la situación en China es muy distinta, con una cultura cristiana minoritaria pero muy convencida. Además de enfrentarme a una cultura muy distinta.
¿Cuál ha sido la reacción de su feligresía ante su decisión de marcharse a China?
Se quedaron fríos y no se lo creían. Además, la gente que me tiene cariño, como yo a ellas, se lo han tomado con tristeza. Pero son etapas que se cumplen y hay que dejar claro que no me voy de Dos Hermanas por ningún conflicto. Me voy con pena porque dejo atrás muchos amigos y una labor que considero ha sido muy buena. También estoy contento con lo que he vivido y podría estar otros diez años más en la Zona Sur, pero se me ha presentado esta oportunidad y hay que aprovecharla.
{xtypo_quote}“Mi marcha a China es una llamada de Dios. Nadie me lo ha impuesto” {/xtypo_quote}
¿Cómo ha cambiado la feligresía desde su llegada y hasta su marcha ?
Dejo una comunidad parroquial muy bonita y con sensibilidad de evangelio que se han comprometido con el Reino de Dios. Es una feligresía pequeña pero muy activa y que hacen sus aportaciones. Esto es lo más importante que dejo. Aunque también hay mucha gente del barrio que no se ha vinculado a la iglesia a pesar de sentir simpatía por lo que aquí se hacía, ya que cuando llegué no había tradición eclesial en esta barriada.
¿Y el barrio también ha cambiado mucho en estos diez años?
El barrio ha cambiado mucho a nivel social por el paso del tiempo y por el trabajo de la plataforma, asociaciones y la oficina municipal, desde el momento que la zona sur se convirtió en un problema político. También ha cambiado la forma de vivir en el barrio y en este sentido la parroquia ha actuado como lazo de unión. La gente aprecia más a su barrio y hay un ambiente social más fraterno.
¿Deja su parroquia en buenas manos?
La Diócesis ha querido que con la persona que me sucede haya una continuidad con el trabajo que he venido realizando y me alegro. Después, cada persona le da su sello y su idiosincracia.
¿Le daría algún mensaje a su sucesor?
De entrada, que quiera mucho a la gente y así podrá hacer lo que ellos necesitan y buscar siempre lo mejor para ellos. Si no se quiere a las personas no te sale nada.
