Palabra por palabra se dijeron
a medias sus mentiras y verdades:
las unas, eran pobres mezquindades;
las otras, el puñal con que se hirieron.
Ahora, que en dinero convirtieron
renuncias, escasez y adversidades,
ahora, dividieron en mitades
el son y el corazón que les unieron.
Después rompieron calma y comprensión
buscando en dos letrados sus salidas
asidas a un panfleto que pactaron.
Así se quiso hacer, sin dilación,
y al poco de medirse las heridas,
firmaron y sin más, se separaron.
Dedicado a ANAMEF, defensora de
“la cultura del acuerdo”…