Juan Gavala llevará su propuesta del centro del costalero al consejo sevillano

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    juan gavalaEste nazareno ha obtenido Cum Laude con su tesis sobre el costalero

    Sobresaliente Cum Laude es la calificación obtenida por la tesis doctoral La actividad física del costalero sevillano. Hábitos y costumbres, presentada por el nazareno Juan Gavala González en la Universidad Pablo Olavide. Un estudio pionero en este ámbito que analiza científicamente al costalero y su realidad social a través de las Ciencias del Deporte, incidiendo de manera exhaustiva en conocer cuál es su preparación física cara a la Semana Santa, proponiendo soluciones para prevenir las lesiones.
     

    Su principal aportación es la propuesta de crear el centro del costalero, que aglutine todas las investigaciones que desde las distintas disciplinas científicas tengan por objeto a esta figura. Dentro del mismo, se incluiría un centro de preparación física en el que  se valore el estado de salud del costalero, se le proponga un entrenamiento adecuado y donde se pueda entrenar. Este espacio vendría a complementar la labor que desde algunos años viene desarrollando el centro de atención al costalero, ya que mientras que este se encarga de tratar a los costaleros que han sufrido una lesión, el primero se centraría en la prevención.

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    Una propuesta que ya ha despertado la curiosidad del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, quien se reunirá con Gavala la semana próxima. Asimismo, por su buena acogida en el ámbito cofrade, su autor no descarta repetir la investigación entre las cuadrillas de costaleros de Dos Hermanas, si el consejo de hermandades nazarenas así lo considera oportuno y se lo propone.

    Investigación
    La investigación se desarrolló en la Cuaresma de 2008. Juan Gavala, acompañado por los estudiantes nazarenos de la UPO, Antonio Jesús Sánchez, Alejandro Pereira y Alfonso San Juan, así como con la dirección de los profesores Pepe Díaz y Manuel J. Porras, repartió entre las cuadrillas de costaleros de las 58 hermandades de Sevilla un total de 2.500 cuestionarios. De todos estos, se validaron 1.400 encuestas, lo que supone un error muestral del +/- 2,39 por ciento y un nivel de confianza del 95,5 por ciento.

    En cuanto a la preparación física, uno de los aspectos centrales del estudio, el 63,1 por ciento afirma hacer algo, aunque se entiende por preparación física actividades como practicar deporte, andar o correr. Sólo dos de cada diez costaleros, un 20, 86 por ciento, realiza una preparación adecuada al esfuerzo que supone realizar una estación de penitencia. Eso sí, poco más de la mitad afirma realizar calentamiento, aunque algo mayor es el número que considera que realizarlo es importante. En cuanto al estiramiento tras los ensayos, siete de cada diez aseguran no realizar ninguno. Otro dato importante del trabajo de investigación de Gavala es que el 70 por ciento declara no pasar ningún reconocimiento médico para salir de costalero, aunque el 95 considera que sería importante hacerlo.

    Tras el análisis de 1.400 encuestas, Juan Gavala ha llegado a la conclusión de que los ensayos de costaleros no son una preparación física para la estación de penitencia al no corresponderse con ello ni en esfuerzo, ni en el descanso, ni en la carga o número de levantás. Gavala propone la realización de un entrenamiento o preparación general y planificada, paralela a los ensayos, orientada a aumentar su rendimiento bajo las trabajaderas y disminuyendo la aparición de las fatigas y lesiones.

    Perfil del costalero
    La mayoría de los costaleros sevillanos tiene entre 21 y 35 años, iniciándose a los 18 años con el beneplácito de su entorno. Se llevan debajo de las trabajaderas entre seis y diez años, por afición y por devoción, con intenciones de mantenerse “hasta que el cuerpo aguante”. Suelen tener estudios secundarios o superiores, son empleados por cuenta ajena en un trabajo sedentario y la mayoría vive en el Aljarafe. La carga que soporta es de 35 kilos y la mayoría afirma que sus relevos duran entre 45 ó 60 minutos, considerando el 90 por ciento que realizan un esfuerzo “muy importante”. Los costaleros comienzan a ensayar dos meses antes de la Semana Santa y su finalidad es: “la preparación física, mejorar el andar de los pasos, y volver a verse las caras y conocer a los nuevos”.

     

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