Pregón marcado por una fuerte fe cristiana
El pregón que pronunció Guillermo Rodríguez el pasado Domingo de Pasión estuvo marcado por un alto contenido evangelizador. Así lo anunció el pregonero desde su atril al comenzar su disertación, afirmando que con su pregón “cogía la Cruz de guía para anunciar que el reino de Dios está cerca”; además de “pregonar el cristianismo a los cuatro vientos”.
Una visión que primó en muchos momentos de su pregón, animando, entre otras cosas, a los nazarenos a que “recen en soledad ante la Virgen y a vivir la fe del cristianismo con la cruz como compañera inseparable”.
Asimismo, el pregonero metió el dedo en la llaga de la comunidad cofrade animando a que “haya mayor implicación de las hermandades en las bolsas de Caridad”, resaltando la labor que Sor Presentación (“una vez más, muchas gracias”) ha realizado en favor de los más necesitados.
Guillermo realizó un paseo poético por las distintas hermandades de penitencia nazarenas, así como por las advocaciones marianas más populares en la ciudad, Valme y Rocío.
En este repaso, el pregonero no se quiso olvidar de la “hermandad benjamina”, La Cena, alegando que “no puedo permanecer en silencio cuando una hermandad pasa por un mal momento”. Rodríguez aseguró que no era momento “de colocar paños calientes”, sino de mirar al futuro en busca de una solución que pasa por “el sacramento de la reconciliación con Dios, buscando a Jesús Sacramentado”.
Pregón Familiar
Como dicen que de bien nacido es ser agradecido, el pregonero dedicó buena parte de su disertación a agradecer. En este apartado, su familia cobró un especial protagonismo, declarando públicamente su amor a su esposa (“Rafi, te quiero”) o lamentando la ausencia física de su hija Macarena por problemas de agenda en el calendario escolar. Guillermo también agradeció la amabilidad con la que le acogió la ciudad de Dos Hermanas, confesando que “el resto de mi vida la pasaré aquí”.
| “Madre deja de llorar: Cristo está vivo y reposa en los brazos de Santa Ana” |