Riscos del amor (I)

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Techo de Ciudad Real

Para subir a esta cumbre políticamente complicada nos situamos en la localidad de Las Ventas con Peña Aguilera, carretera que une Toledo con Ciudad Real. Desde este pueblo peguntamos por la finca ‘La Peralosa’ hacia donde nos dirigimos tras recorrer una pista de unos tres kilómetros.
 

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
Lugar de partida: Las ventas con Peña aguilera (833 m). Altitud: 1.344 m. Desnivel: 500 m. Dificultad: baja. Duración: 3  horas. Fecha: 18/3/2008. Comentarios: Atraviesa varias fincas privadas, por lo que seria conveniente pedir permiso antes.
 

 

Una vez allí aprovechamos para aparcar el coche y preguntar a los caseros.

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—Buenos días –pregunto– queremos subir a los Riscos del Amor, esa pista nos dirige hacia ellos.

El casero —Si, pero no se puede pasar, son fincas privadas. Además hay varias cancelas y no se pueden cruzar.

Haciendo caso omiso a estas indicaciones, y siguiendo la crónica escrita por otra persona que ya estuvo aquí, empezamos a andar por la pista tras abrir una pequeña angarillla que se encuentra justamente al inicio de la pista, a solo algunos metros de la finca.
Los Riscos del Amor se ven en frente, viendo como un cortafuegos asciende directamente hacia allí. Guiado además por unas fotos del cronista anteriormente mencionado fui avanzando por la pista, donde en la parte derecha vamos de forma paralela a una valla.
A los veinte minutos, nos encontramos con la primera cancela, hemos tenido suerte, no tiene candado. Así que solo tenemos que abrirla y pasar.

Avanzando por la pista, diez minutos después nos encontramos con otra puerta, al igual que la otra anterior, la abrimos y pasamos. A continuación y bordeando la valla por la parte derecha, y tras otros diez minutos nos volvemos a encontrar con otra cancela. Pero esta con una altura razonable y con candado. No tenemos más remedio que saltar. Frente a nosotros se ve el ancho cortafuegos que nos dirige directamente hasta los Riscos.

La verdad es que en esta ruta la incertidumbre nos asecha constantemente. ¿Aparecerá el dueño, o quizás el guarda, o quizás peor, varios perros?

Ya algo más relajados, empezamos a subir por el cortafuegos. Al cabo de una hora, este queda interrumpido de forma momentánea por unas grandes rocas. La pasaremos por la parte derecha y seguiremos avanzando hasta que el cortafuegos desaparece. En este tramo el desnivel se acentúa bastante y el suelo se convierte en un pedregal que fácilmente iremos salvando. Frente a nuestros ojos los riscos se hacen más grandes y en la lejanía varios ciervos corretean ladera arriba. Ya en cinco minutos hemos llegado arriba.

Pero en lo alto, tras un risco, nos sale un señor, y nos pregunta que a donde vamos, que por aquí no se puede pasar porque es propiedad privada.

 

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