Una multitud de fieles acompañó al Cristo desde su capilla
El trayecto entre la parroquia Santa María Magdalena y la plaza La Mina estaba abarrotado como nunca para presenciar el inicio del Via Crucis del Consejo de Hermandades y Cofradías la noche del pasado lunes. El olor a incienso y las llamas de los cirios encendidos en la noche ofrecían una visión temprana de la Semana Santa, a escasos seis días de que dé comienzo.
Por el callejón de La Mina, precedido por la cruz de guía y seguido por una multitud silente, el Cristo de Presentación hacía su entrada en dirección a la plaza, donde esperaban las doce cruces de las doce estaciones del Via Crucis. El sonido tenue de un clarinete acompañaba la entrada del Cristo. Una vez asentada la imagen en la plaza, presidiendo el acto con la solemnidad y la humildad que la caracteriza, comenzó la lectura de las estaciones, dando la vuelta en círculo a La Mina.
Traslado desde su capilla
Previamente, el Cristo de Presentación había sido trasladado, a hombros de los cofrades, desde su capilla en el barrio de la fábrica hasta la parroquia de Santa María Magdalena, con la compañía de fieles y cofrades, cruzando la pasarela a la que da nombre.